Elon Musk deja de lado la Casa Blanca para salvar Tesla

La empresa ha reportado una fuerte caída del 71% en su beneficio neto durante el primer trimestre de 2025

Elon Musk ha decidido soltar un frente para enfocarse en otro. El magnate tecnológico ha anunciado que a partir de mayo reducirá “significativamente” su implicación en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), para volver a centrar su atención en Tesla, en un momento especialmente delicado para la compañía.

La noticia ha sido recibida con entusiasmo por los mercados: las acciones de Tesla subieron más del 5% en operaciones posteriores al cierre bursátil, pese a que la empresa reportó una fuerte caída del 71% en su beneficio neto durante el primer trimestre de 2025.

«Creo que, a partir de mayo, probablemente mi tiempo dedicado a DOGE disminuirá significativamente”, afirmó Musk en una llamada con analistas. En esa misma conversación, aseguró que mantendrá cierta colaboración ocasional con el gobierno de Estados Unidos para combatir el “desperdicio y fraude”, aunque dejó claro que sus prioridades han cambiado de nuevo.

El también fundador de SpaceX y propietario de X (antes Twitter) detalló que su contribución pública se limitará a uno o dos días por semana, “mientras el presidente (Donald Trump) quiera”, aclaró. Sus palabras parecen buscar reconciliar su papel en la esfera pública con las crecientes necesidades de Tesla, golpeada por la caída de ventas y la presión de los aranceles comerciales.

Sobre estos aranceles, Musk volvió a tomar postura: “He dicho en numerosas ocasiones que bajar los aranceles es una buena idea para la prosperidad. Seguiré abogando por aranceles más bajos… Es todo lo que puedo hacer”, afirmó, aunque admitió que la decisión final está en manos del presidente Trump.

Desplome de Tesla

En términos financieros, Tesla atraviesa uno de sus trimestres más complejos. La compañía registró un beneficio neto de 409 millones de dólares, un descenso de más del 70% respecto al mismo periodo de 2024. Las ventas de vehículos bajaron un 20%, mientras que el Ebitda se contrajo un 17%, quedando en 2.814 millones de dólares. Aun así, el renovado enfoque de Musk sobre Tesla pareció dar confianza a los inversores, impulsando la acción un 4,6% en el Nasdaq y otro tanto en operaciones fuera de horario.

Analistas del sector consideran que este paso atrás en su faceta gubernamental es un intento estratégico por parte de Musk para calmar a los inversores, que en los últimos meses habían expresado su frustración por la dispersión de sus esfuerzos entre Tesla, sus empresas de inteligencia artificial y su rol en el sector público.

El Departamento de Eficiencia Gubernamental, concebido para optimizar el gasto federal, no ha estado exento de controversia. Sus métodos poco convencionales y los choques entre Musk y funcionarios de la administración estadounidense lo han mantenido bajo la lupa.

Con este nuevo repliegue, Musk parece estar reajustando el equilibrio entre su ambición empresarial y sus incursiones políticas, justo cuando la industria de los vehículos eléctricos enfrenta una creciente presión global para adaptarse a un mercado más competitivo y regulado.

*Información de Excelsior.