Hoy: 23 de noviembre de 2024
En 2016, Donald Trump sorprendió al mundo al ganar la presidencia de EE UU tras una campaña marcada por declaraciones polémicas, como cuando llamó violadores a algunos inmigrantes mexicanos. Ocho años después, las encuestas muestran que podría volver a la Casa Blanca con un apoyo inesperado de votantes negros e hispanos, superando a cualquier candidato republicano desde la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Este fenómeno ha desconcertado a muchos, y recientes encuestas del New York Times y Siena College revelan que Trump está obteniendo resultados inusualmente buenos para un republicano entre estos grupos. En comparación, la candidata demócrata Kamala Harris lidera entre votantes negros con un 78% frente al 15% de Trump, y entre hispanos con un 56% frente a 37%. Aunque Harris mantiene una ventaja, Trump ha logrado avances significativos, sobre todo en comparación con las elecciones de 2020.
Varios factores explican este fenómeno. Primero, muchos votantes negros e hispanos no parecen ver los mensajes de Trump como racistas o, al menos, no les afectan tanto. Un sorprendente 40% de votantes negros y 43% de hispanos apoyan su propuesta de construir un muro fronterizo. También muestran respaldo a sus políticas de deportación y control del crimen, lo que indica una afinidad con el discurso conservador de “ley y orden”.
Aunque Trump ha hecho comentarios explícitamente ofensivos hacia comunidades minoritarias, como sus críticas a los refugiados haitianos, una proporción significativa de votantes negros e hispanos no se sienten directamente afectados. De hecho, un 20% de los votantes negros y un 40% de los hispanos creen que los ofendidos por Trump se toman sus palabras demasiado en serio. Además, muchos no han encontrado ofensivas recientes declaraciones del expresidente.
Un tercer factor es la economía. Trump se presenta como un exitoso empresario, y muchos votantes vulnerables económicamente ven su liderazgo como favorable. En la encuesta, se destacó que tanto votantes negros como hispanos identifican la economía como el tema más importante para decidir su voto, y Trump ha logrado posicionarse como una opción viable en este tema.
El desencanto con los demócratas también juega un papel clave. A pesar de las promesas de cambio, muchos votantes negros e hispanos sienten que los demócratas no han cumplido con sus expectativas, especialmente en términos económicos. Esto ha erosionado el apoyo tradicional hacia el partido, abriendo espacio para que figuras como Trump ganen terreno.
La percepción generacional es otro aspecto relevante. Trump ha ganado popularidad entre votantes jóvenes, especialmente hombres negros e hispanos menores de 45 años, quienes no necesariamente recuerdan los movimientos por los derechos civiles o las primeras campañas de Obama. Para ellos, Trump es simplemente una figura política más, y no una amenaza a la democracia.
Finalmente, la participación electoral es clave. Aunque Trump ha logrado avances, muchos de sus simpatizantes jóvenes no son votantes consistentes, lo que podría limitar el impacto de su apoyo en las urnas. Aun así, esta tendencia podría ser una señal de cambio a largo plazo para los republicanos entre votantes negros e hispanos.