Asociaciones y sociedades científicas relacionadas con la audición se han unido en un manifiesto con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, que se conmemora este miércoles, en el que alertan de que el ruido no descansa ni de día ni de noche y subrayan su impacto en el sueño de la población.
Según han explicado, la alteración del sueño es el efecto no auditivo más perjudicial de la exposición al ruido, que provoca que se tarde más en conciliar el sueño, los despertares de produzcan antes de tiempo y se duerma en fases superficiales y menos profundas.
En este sentido, han aseverado que «el ruido que no nos despierta también nos afecta», pues mientras se permanece dormido se siguen percibiendo los sonidos ambientales y reaccionando fisiológicamente ante ellos. La escasa concienciación en torno a este problema hace que estas entidades hayan instado a la necesidad de controlar y limitar el ruido aunque no existan quejas concretas por parte de la ciudadanía.
El impacto del ruido sobre el sueño tiene efectos a corto y largo plazo. A corto plazo, destacan la alteración del estado de ánimo, mayor somnolencia durante el día y menor rendimiento a todos los niveles. A largo plazo, aumenta el riesgo de padecer alteraciones metabólicas, cardiovasculares, psiquiátricas y neurológicas, entre otras. Asimismo, la exposición continuada al ruido nocturno puede conducir a problemas de insomnio, agravando aún más el problema.