En la carta de San Pablo a los Gálatas se recuerda a los cristianos, como el mejor regalo, que han sido revestidos de Cristo con el traje de la gracia. Pensando en ello y en otra cita bíblica donde se reclama que la luz no se ha encendido para meterla debajo de la cama, sino para llevarla a lo alto de un monte y que ilumine a los distanciados y a los oscuros, un grupo de jóvenes, entre 22 y 30 años, de Valencia, han ideado ropas, camisetas especialmente, para católicos.
Nadie se extraña que muchos llevan la bufanda del Real Madrid o el gorro del Barcelona… Ya han salido algunos protestando por el exhibicionismo religioso que supone semejante proyecto. Es vieja la idea anticatólica de que la fe debe quedarse en la sacristía o en las solapas del corazón. Eso quisieran los que no quieren mirarse al espejo por miedo a reconocerse demasiadas arrugas.
Nunca se impone la fe, pero se enseña como el más espléndido tesoro. Felicidades a este grupo de jóvenes que quieren recordarnos a todos el amor que resplandece en la Cruz. Y que esta ropa se fabrique en Córdoba, para mí, ya es una abundancia.