El Reina Sofía transforma sus terrazas en un nuevo espacio expositivo con esculturas inéditas

3 de abril de 2025
2 minutos de lectura
La escultura 'Penetrable, 1982', de Jesús Rafael Soto | Fuente: Museo Reina Sofía.

Las obras pertenecen a la colección de escultura geométrica de los años sesenta y setenta del siglo XX

El Museo Reina Sofía ha inaugurado un nuevo espacio expositivo en las terrazas del edificio Nouvel, donde exhibe por primera vez tres esculturas de Jesús Rafael Soto, Martín Chirino y Edgar Negret. Esta reordenación busca integrar la colección escultórica en zonas del museo que anteriormente carecían de contenido artístico.

«Con esta sala exterior se trata de dotar de contenido partes del museo donde no había este contenido artístico. Estos espacios cambiarán con el tiempo, porque la pieza de Soto brilla por la luz pero por la tarde hay una puesta de sol y dependiendo del ambiente estas piezas mutan», explicó el director del museo, Manuel Segade, durante la presentación.

Las esculturas expuestas pertenecen a la colección de escultura geométrica de los años sesenta y setenta del siglo XX. Segade destacó la importancia de la interacción del público con las obras: «Si no hay espectadores que las activen, que se muevan alrededor de ellas y que relacionen sus cuerpos con ellas, no existen esas piezas. Eso ya es una revolución estética».

Bajo el título Un orden distinto. Geometría utópica y arte cinético en las terrazas de Nouvel, la propuesta busca alejarse de las esculturas conmemorativas tradicionales y ofrecer una nueva forma de interacción artística. «No tiene absolutamente nada que ver con las esculturas conmemorativas en pedestales a los que nos teníamos acostumbrados en el siglo XIX y principios del siglo XX», apuntó Segade.

Entre las obras expuestas se encuentra Mediterránea (10), 1971, de Martín Chirino, una pieza de chapa de acero inoxidable que, según el museo, representa su rechazo a las estéticas realistas del franquismo. «Es bastante representativa de este momento de Chirino, de principios de los años 70, en el que empieza a trabajar sobre los horizontes, pero también tienen que ver con la tradición (…). Sobre todo en las formas femeninas y curvas y empieza a desarrollar esta escultura, que él considera que tiene un cierto erotismo», explicó el director.

Otra de las piezas es Vigilante rojo, 1979, del colombiano Edgar Negret, una escultura de chapa de aluminio pintada que nunca se había exhibido en el museo, ya que estuvo en depósito temporal en el Tribunal de Cuentas Europeo en Luxemburgo desde 2015.

Por último, el público podrá interactuar con Penetrable, 1982, de Jesús Rafael Soto, una instalación de tubos flexibles de PVC que permite a los visitantes atravesarla y moverse dentro de ella. «Son piezas importantísimas precisamente en la evolución de la participación del público en el arte contemporáneo porque son piezas hechas para ser absolutamente atravesadas (…). Sólo se puede disfrutar una vez que alguien lo atraviese y que conviva con ellas», concluyó Segade.

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