El Real Madrid concluyó la temporada 2024-2025 sin ganar ninguno de los tres grandes títulos, en una campaña marcada por un desempeño irregular, cuestionamientos a la planificación deportiva, y múltiples lesiones en defensa. Aunque los datos no reflejan una debacle total, el equipo no logró continuidad ni equilibrio, elementos claves que habían impulsado el éxito del curso anterior.
El curso comenzó con grandes expectativas tras el doblete del año anterior y la llegada de Kylian Mbappé, pero el mercado de fichajes dejó huecos significativos. Las salidas de figuras como Toni Kroos, Nacho Fernández y Joselu no fueron adecuadamente compensadas. La baja del alemán, clave en el manejo del juego, fue especialmente determinante en la caída de nivel del equipo.
Las graves lesiones de jugadores como Carvajal, Militao y Alaba forzaron a Ancelotti a constantes ajustes defensivos, dejando a Rüdiger como el único baluarte constante. La cantera fue crucial en muchos partidos, con Raúl Asencio como el segundo central más utilizado, pero las 12 bajas simultáneas en la recta final reflejaron una temporada plagada de mala fortuna.
En ataque, Mbappé tuvo un debut histórico con más de 40 goles, pero la falta de fluidez en el juego y la ausencia de un “9” como Joselu limitaron el impacto ofensivo colectivo. Endrick apenas tuvo protagonismo, y aunque el equipo sacó adelante muchos partidos por la mínima, el margen de victoria redujo su capacidad de dominar encuentros.
La fragilidad defensiva fue el gran talón de Aquiles. Con 15 derrotas en total —frente a solo dos el año pasado—, el equipo mostró una alarmante falta de cohesión defensiva y compromiso tras pérdida. La presión alta fue escasa y los datos reflejan un equipo plano, poco vertical y demasiado dependiente del bloque bajo, lo que rompió la armonía entre líneas.
El rendimiento fuera del Bernabéu fue especialmente preocupante, con nueve derrotas como visitante en todas las competiciones y apenas 35 puntos en LaLiga fuera de casa. La falta de contundencia ofensiva y la ausencia de solidez defensiva fuera de casa fueron claves. Ante este panorama, Xabi Alonso podría tomar las riendas con el reto de revitalizar un proyecto que, como reconoció Ancelotti, «quizá necesita un nuevo impulso».