El Puente de la solidaridad

Quedará para la historia de los grandes desastres de España lo que ocurrió en esa querida comunidad de Valencia, que recordará la historia por su magnitud y una funesta acción de un gobierno, falto de toda acción para prestar ayuda a los ciudadanos, donde la autoridad de la zona estaba desaparecida mientras el desastre se ensañaba contra los habitantes en muchas poblaciones, una tras otra, y donde los muertos ya estaban flotando mostrándonos, un terrible espectáculo.

Primero fue el miedo, luego la incredulidad, después el horror por los muertos y los desaparecidos, pero lo que jamás podrán perdonar, es la soledad, la incomprensión la frialdad y el total desamparo al que les sometió un gobierno, falto de acción por partidismo y ni la más mínima piedad por las personas que, estaban llorando sangre, gritando pidiendo ayuda.

Toda España incrédula y desconcertada, vio esas imágenes terribles e incomprensibles viendo esa desafección de un gobierno, ciego sordo y mudo que nos ofrecieron, todas las noticias, como un acto vil y repugnante de una institución, que en este sangrante caso, solo existe en el papel, pues no cumplió con su cometido.

Las perdidas son enormes y todas las víctimas, continúan esperando esas ayudas. ¿Hasta cuando? Ahora el gobierno anuncia a bombo y platillo, con sus adosados palmeros, unos ineptos pensadores, sin independencia ni pensamiento propio, que son como esos Zombis seguidores obsesionados con alimentarse de los no infectados. ¡Madre mía que espanto!

Cuando los españoles de bien se unieron para poder ayudar a sus hermanos, se creó una hermosa cadena de favores, y todos los que pudieron, en caravanas de coches, salieron de su propio confort y pusieron camino a Valencia.

El final del camino lo realizaban andando por la imposibilidad de
entrar en aquel valle de destrucción y dolor. Todos fuimos testigos de ese Puente de la Solidaridad, que se creó con filas de voluntarios que estaban dispuestos a dar ayuda física, consuelo moral y todo el amor que sus corazones albergaba para dárselo a sus hermanos.

Todas esas acciones dejaron en barbecho a un gobierno al que se le arrancó la careta, mostrando ante toda España esa falta de valor y de principios morales de unos seres sin alma.

¿Qué podemos esperar de gente así? ¿Dejaríais vuestro sistema de vida en ellos? ¿Nos ayudarían en casos similares? Pensarlo solo da repelús y nos recorre el cuerpo un frío que hiela la sangre, que se lo pregunten a muchos que han puesto su patrimonio para comenzar un negocio y lo han perdido todo.

Esto es lo que tenemos y conoce toda Europa y ante este cartel no les queda a los que quieren seguir, más remedio que aliarse con otros países, que jamás pensábamos apoyar, por sus políticas destructivas contra sus propios hermanos, hombres, mujeres y niños sin ninguna piedad.

Hoy los americanos alucinan con este, nuestro pequeño país lleno de contradicciones, donde cada día nos despiertan con una nueva prohibición, dejando nuestras libertades cada vez más constreñidas.

Donde después de nuestro orgullo nacional, que continúa firme y seguro en muchos, hace un tiempo surgió una especie de corriente de desprecio, de unos seres que se avergüenzan de ser españoles, pero que cobran por sus exabruptos en las TV y plataformas regaladas mientras sus benefactores se esconden tras ellos, con una ignorante, pero despreciable saña.

Los cobardes se valen de esos pobres olvidados, cobijados detrás de sus mal ganados y sucios sueldos, no por su carente valía, solo por desprestigiar al contrario. ¡Y lo muestran con orgullo!

Nos queda EL PUENTE DE LA SOLIDARIDAD, que no intenten cambiarle el nombre, ganado por el amor entre hermanos que dieron un gran ejemplo a los «agazapados» de los gobiernos. Valenciano y Español.

¡QUÉ VERGÜENZA DE GENTE!