El precio de la vivienda libre ha vuelto a subir con fuerza. En el segundo trimestre del año, el encarecimiento fue del 12,7% respecto al mismo periodo de 2024. Es el mayor incremento interanual desde 2006. La subida supera en medio punto a la registrada en los tres primeros meses del año. Con este avance, el sector encadena 45 trimestres consecutivos de aumentos.
El precio de la vivienda nueva se incrementó un 12,1% interanual. Es apenas una décima menos que en el trimestre anterior. La vivienda de segunda mano fue la gran protagonista, con una subida del 12,8%. Esta tasa no se veía desde principios de 2007. Según ha publicado Europa Press, se trata de una tendencia que confirma la presión de la demanda sobre la oferta disponible.
Todas las comunidades autónomas registraron alzas de dos dígitos. Murcia lideró el repunte con un 14,6%. Le siguieron Aragón y La Rioja, ambas con un 13,7%. Castilla y León y Andalucía subieron un 13,6%, y Asturias un 13,5%. Las subidas más suaves se dieron en Cantabria (+10,8%), Castilla-La Mancha (+11,3%), Canarias y Cataluña (+11,6%) y Baleares (+11,7%).
En comparación con el primer trimestre, los precios crecieron un 4%. Es el mayor aumento trimestral desde 2015. La vivienda usada protagonizó la mayor subida en diez años, con un 4,2% más. La vivienda nueva creció un 2,6%, lejos del 5,5% del trimestre anterior.
El mercado inmobiliario muestra un patrón claro. La escasez de vivienda en determinadas zonas y la resistencia de la demanda mantienen los precios en niveles muy altos. Los expertos advierten que esta dinámica podría prolongarse. Factores como el empleo, la inversión extranjera y la compra como refugio frente a la inflación siguen impulsando la actividad.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística reflejan una realidad compleja. Comprar una vivienda es cada vez más difícil para gran parte de la población. El esfuerzo económico que exige adquirir un piso o una casa sigue aumentando. Al mismo tiempo, el alquiler también sube, lo que limita las alternativas para quienes no pueden acceder a la compra.
Los datos confirman que el mercado no da señales de enfriamiento. Si la tendencia continúa, 2025 podría cerrar con un incremento de precios todavía más elevado. La pregunta es cuánto tiempo más podrá sostenerse este ritmo sin provocar una desaceleración en las compraventas.