En un gesto inesperado y profundamente conmovedor, el papa Francisco apareció este jueves en la basílica de San Pedro luciendo un atuendo informal: remera blanca, pantalones oscuros y un poncho. Convaleciente tras una infección respiratoria, el Pontífice sorprendió a fieles y visitantes al presentarse en silla de ruedas para rezar ante la tumba de Pío X, un papa con el que ha expresado sentirse especialmente vinculado.
La imagen del Sumo Pontífice, alejada del habitual atuendo papal, recorrió rápidamente las redes sociales y emocionó a quienes lo vieron en persona. “Nos conmovió verlo así, de civil, sencillo. Todos lloraban”, expresó monseñor Valerio Di Palma, canónigo de San Pedro, visiblemente emocionado tras el encuentro, según detalla El Litoral.
Francisco ingresó por la Puerta de la Oración, la más cercana a la Casa Santa Marta, donde se encuentra en recuperación tras su alta médica el 23 de marzo. Durante su visita, bendijo a peregrinos, saludó a niños y elogió el trabajo de los restauradores que preparan la zona de la Cátedra para su reapertura al público.
Este emotivo momento se suma a otros gestos espontáneos del Papa en los últimos días, como la bendición al final de la misa del Jubileo de los enfermos y la sorpresiva recepción a los reyes británicos Carlos III y Camila, reafirmando su cercanía, humildad y fortaleza espiritual en tiempos de recuperación.