Ha pedido a los líderes económicos y políticos “responsabilidad moral” ante la “lucha contra la pobreza”
El Papa ha denunciado ante los participantes del Foro Económico Mundial que se celebra hasta el próximo viernes 19 de enero en Davos, en Suiza, “la explotación generalizada de hombres, mujeres y niños obligados a trabajar por salarios bajos y privados de perspectivas reales de desarrollo personal y crecimiento profesional”. “¿Cómo es posible que en el mundo actual la gente siga muriendo de hambre, siendo explotada, condenada al analfabetismo, careciendo de atención médica básica y sin techo?”, se ha preguntado.
En un mensaje enviado este miércoles con motivo de la cita internacional, ha pedido a los líderes económicos y políticos “responsabilidad moral” ante la “lucha contra la pobreza” y también que pongan sobre la mesa de las discusiones “la búsqueda de una convivencia pacífica entre los pueblos”.
“Espero que los participantes en el Foro de este año sean conscientes de la responsabilidad moral que cada uno de nosotros tenemos en la lucha contra la pobreza, el logro de un desarrollo de todos nuestros hermanos y hermanas, y la búsqueda de una convivencia pacífica entre los pueblos”, ha dicho.
En una carta dirigida al presidente de este encuentro, Klaus Schwab, difundida por la oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa ha pedido que los debates “tengan en cuenta la urgente necesidad de avanzar en la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación”.
El Pontífice también ha reclamado a los presentes que vayan más allá de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por la ONU para alcanzar “el objetivo de un desarrollo integral de la humanidad en solidaridad”. “En un mundo cada vez más amenazado por la violencia, la agresión y la fragmentación, es esencial que los Estados y las empresas se unan para promover modelos de globalización con visión de futuro y éticamente sólidos”, ha instado.
Del mismo modo, ha invitado a los empresarios a guiarse cada vez más no simplemente por la búsqueda de ganancias justas, sino también por altos estándares éticos, especialmente en lo que respecta a los países menos desarrollados, que “no deben estar a merced de sistemas financieros abusivos o usureros”.
Además de pedir a los líderes mundiales reunidos en Suiza que sean conscientes de su responsabilidad moral en la lucha contra la pobreza, Francisco ha recalcado la necesidad de una acción política internacional que “pueda perseguir eficazmente los objetivos de paz global y auténtico desarrollo”.