Hoy: 11 de febrero de 2025
Durante la misa celebrada con motivo de la festividad de la Conversión de San Pablo, al coincidir con el cierre de la Semana de Oración por la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Papa ha dirigido fuertes críticas a aquellos que intentan «dividir a las personas».
Al reflexionar sobre un episodio evangélico en el que un doctor de la Ley cuestiona a Jesús para ponerlo a prueba, el Papa enfatizó que la división «nunca es de Dios, sino del diablo». Subrayó la importancia de una religiosidad no distorsionada, basada en el don y no en la posesión, donde Dios es amado con todo el corazón, no simplemente un medio para obtener deseos personales.
Francisco destacó que la pregunta sobre lo que se debe hacer para heredar la vida eterna refleja una religiosidad distorsionada, basada en la posesión en lugar del don. Explicó que este enfoque ve a Dios como un medio para obtener lo que se desea, en lugar de un fin a amar con todo el corazón.
En su respuesta, el Papa destacó que Jesús no recurrió a teorías, sino que ilustró su punto mediante la parábola del buen samaritano, donde un hereje, un samaritano, personifica el verdadero significado de «prójimo». Francisco concluyó que la pregunta correcta no es «¿quién es mi prójimo?» sino «¿me hago yo prójimo?», destacando que solo a través del amor convertido en servicio gratuito, como lo proclamó y vivió Jesús, los cristianos separados pueden acercarse entre sí.
La misa ecuménica, celebrada en la Basílica de San Pablo Extramuros, contó con la presencia del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, con quien el Papa se reunió y enviará en misión a cincuenta obispos católicos y anglicanos. El objetivo es fomentar un mejor conocimiento mutuo y desarrollar una mentalidad ecuménica.
En la celebración estuvieron presentes el metropolita Policarpo, en representación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, así como los miembros de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas orientales, que conmemoran su vigésimo aniversario. También participaron obispos católicos y anglicanos en la reunión de la Comisión internacional para la unidad y la misión de los cristianos.