La exposición ofrece un recorrido sobre los dibujos previos al grabado de la lámina de cobre
El Museo del Prado recupera los dibujos previos al grabado para demostrar que Goya no fue un islote. En este sentido, también se inaugura la muestra Del lapicero al buril. En la exposición se reúnen 80 dibujos y estampas previos a la técnica calcográfica, con la que se pretende demostrar que el pintor zaragozano no fue un islote con los grabados.
“Pretendemos demostrar que Goya no es un islote y que trabajaba al margen del resto de artistas de su tiempo. De hecho, la presentación también recoge aprendizajes de Manuel Salvador Carmona”, ha señalado José Manuel Matilla, jefe de conservación de Dibujos y Estampas del Prado y uno de los comisarios de la muestra.
El museo muestra a los visitantes las distintas técnicas y procedimientos empleados desde mediados del siglo XVIII y principios del XIX para traspasar la composición deseada a la lámina de cobre y, de este modo, enseñar cómo los dibujos preparatorios jugaron un papel importante en el entendimiento de la obra por parte del grabador.
La formación de dibujantes y grabadores cualificados, en la segunda mitad del siglo XVIII, encabezados por Manuel Salvador Carmona, permitió ilustrar con estampas los textos que difundían el pensamiento ilustrado, cuyo epílogo será la publicación de los Caprichos de Francisco de Goya en 1799.
Además, se considera Manuel Salvador Carmona el grabador a buril “más importante de la España del siglo XVIII”. Maestro de una generación de artistas en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siempre concedió un relevante papel a la práctica del dibujo, indispensable para ser un buen grabador.