Un reciente estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y con la participación de investigadores de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) ha identificado que el modelo agrícola de invernadero a gran escala, representado en Almería, se presenta como una amenaza para las zonas áridas.
El informe, publicado en la revista Water Resources Management y realizado por investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC), destaca que este modelo productivo podría resultar en el agotamiento de los recursos hídricos, la degradación cualitativa del agua debido a la contaminación e intrusión marina, la pérdida de biodiversidad, la contaminación por microplásticos y el aumento de las emisiones de carbono en la región.
Las zonas áridas, caracterizadas por su “pobre balance hidrológico”, experimentan lluvias escasas e irregulares, mientras que la alta radiación solar provoca una rápida evaporación del agua, según señala el estudio. Aunque tradicionalmente son áreas poco desarrolladas, poseen características que las convierten en regiones con un alto potencial agrícola, gracias a inviernos suaves y numerosas horas de sol.
El informe destaca que, históricamente, muchas de estas zonas han experimentado un desarrollo económico considerable debido a la explotación de aguas subterráneas y factores tecnológicos y políticos, llegando a ser denominadas como ‘milagros económicos’. Sin embargo, advierte sobre los efectos negativos de un desarrollo acelerado y desordenado, especialmente en sus fases iniciales, que pueden convertir este milagro en algo efímero.
Jaime Martínez Valderrama, investigador de la EEZA-CSIC, subraya que el estudio, centrado en la agricultura de invernadero en Almería, revela el costo social y ambiental de un desarrollo desordenado. Señala que el agotamiento gradual de los recursos hídricos, la degradación ambiental, la pérdida de biodiversidad y la contaminación por plásticos son consecuencias no deseadas de un modelo de producción que busca crecer rápidamente a expensas de inversiones cada vez mayores.
El informe también destaca que este patrón se repite en otras zonas áridas del mundo, como Perú, el norte de África, el noroeste de China o Arabia Saudí. Para abordar estos problemas, el estudio sugiere soluciones que van desde la búsqueda de recursos hídricos alternativos hasta la reducción de la superficie de cultivo, la elección de cultivos mejor adaptados a la aridez y la expansión de los márgenes de ganancia de los agricultores.
Martínez Valderrama concluye señalando que, si bien el enfoque del problema a menudo se centra en los productores y lugares de producción, es crucial considerar toda la cadena de producción y repartir responsabilidades. Destaca que la búsqueda constante de la reducción de costos de producción está impulsada por consumidores y cadenas de distribución, lo que resulta en un agronegocio dependiente de recursos externos y vulnerable.
Este estudio fue financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico a través de los fondos NextGenerationEU, la Generalitat Valenciana, el Fondo Social Europeo y el Ministerio de Ciencia e Innovación. Además, contó con la participación de un equipo multidisciplinar de investigadores de la Universidad de Alicante, la Universidad Católica de Murcia y la Universidad Politécnica de Madrid.