Dostoyevski afirma con rotunda veracidad que “si Dios no existiese, todo estaría permitido”. Según los expertos es ahí donde comienza el existencialismo de Sartre y de otros muchos que entienden la vida como una manera de desarrollarse sin más referencia que uno mismo y sus debilidades. En tal caso, el ser humano estaría abandonado a un criterio mutable y caprichoso.
Las consecuencias de ese abandono elegido para, supuestamente, organizar unilateralmente la propia existencia, llevan a un comportamiento que parte de la sociedad interpreta hoy como lícito por entenderlo libre. Así:
-Matar por una causa que se antoja legítima es cosa de sociedades avanzadas.
-Robar sin límites y sin valoración de perjuicios, puede considerarse como ambiciones preferentes… Y más.
Sin Dios todo es posible… e inhumano.