Hoy: 22 de noviembre de 2024
Este martes, el FC Barcelona se enfrenta al Nápoles en el Estadi Olímpic Lluís Companys (21:00) en el encuentro de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones. Después de un empate 1-1 en la ida, los blaugranas, deseosos de seguir vivos en la Champions tras cuatro años, anhelan sellar su pase a cuartos en una noche mágica en Montjuïc, en lo que se siente como una final anticipada en esta etapa crucial de la temporada.
La afición se espera que respalde al equipo en este crucial enfrentamiento, con Xavi Hernández al instar a los seguidores a convertirse en el “jugador número 12”. El objetivo es claro: avanzar a cuartos de final, una hazaña que el Barcelona no ha logrado desde la temporada 2019/20.
El Nápoles, bajo la dirección de Francesco Calzona, ha mostrado una tendencia positiva desde su debut contra el Barcelona en el partido de ida. Con dos victorias y dos empates desde entonces, el equipo italiano se presenta como un rival formidable en esta eliminatoria, al ocupar el séptimo lugar en la Serie A.
El equipo catalán también muestra signos de mejora, con una racha de tres partidos sin conocer la derrota, lo que destaca su solidez defensiva al no conceder goles en esos encuentros. Esta fortaleza defensiva es un punto clave para encarar el duelo contra el Nápoles, que se prevé como el más crucial de la temporada hasta el momento.
El Barcelona se enfrenta a la presión de estar nuevamente entre los mejores de Europa, con implicaciones tanto deportivas como económicas. La necesidad de mantenerse competitivo a nivel continental es evidente, lo que agrega una dimensión adicional a este enfrentamiento.
El equipo de Xavi Hernández enfrenta desafíos en términos de lesiones y ausencias clave, con jugadores importantes como Frenkie de Jong y Pedri fuera de la convocatoria. Sin embargo, la oportunidad para jóvenes talentos como Pau Cubarsí brinda una esperanza renovada.
Con el marcador igualado después del partido de ida, tanto el Barcelona como el Nápoles tienen mucho en juego en esta segunda etapa. El equipo italiano cuenta con un incentivo adicional proporcionado por su presidente, mientras que para el Barcelona, la victoria significa más que el prestigio deportivo.