Los resultados, basados en una investigación exhaustiva, plantean interrogantes sobre el impacto a corto plazo de ingerir esta sustancia psicoactiva
El 27% de las personas que buscaron atención de urgencias debido al consumo de cannabis desarrollaron un nuevo trastorno de ansiedad en un lapso de tres años, según revela una extensa investigación realizada en Canadá y publicada en la revista de acceso abierto eClinical Medicine de The Lancet.
El estudio, liderado por investigadores del Instituto de Investigación Bruyère, el Departamento de Medicina Familiar de la Universidad de Ottawa, el Hospital de Ottawa y el CIEM, constituye el estudio más amplio hasta la fecha sobre la relación entre el consumo de cannabis y la ansiedad.
La investigación abarcó a más de 12 millones de residentes en Ontario (Canadá) entre 2008 y 2019 que no habían recibido diagnóstico o tratamiento para la ansiedad previamente.
Revelaciones inquietantes y un mayor riesgo de trastornos de ansiedad
Utilizando datos de registros de salud de ICES, los investigadores compararon el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad entre aquellos que acudieron a urgencias por consumo de cannabis y la población general.
El Dr. Daniel Myran, autor principal del estudio, advierte que “las personas que requieren tratamiento de urgencia por consumo de cannabis enfrentan un riesgo considerablemente mayor de desarrollar un nuevo trastorno de ansiedad y experimentar un empeoramiento de los síntomas de trastornos de ansiedad existentes”.
Las conclusiones principales muestran que, en un plazo de tres años, el 27,5% de las personas que acudieron a urgencias por consumo de cannabis recibieron el diagnóstico de un nuevo trastorno de ansiedad, en comparación con el 5,6% de la población general. Este riesgo resultó ser 3,9 veces mayor al ajustar por factores sociales y otros diagnósticos de salud mental.
Hospitalización por trastornos de ansiedad a raíz del consumo de Cannabis
De igual manera, durante este periodo, el 12,3% de las personas que solicitaron atención de urgencias por consumo de cannabis experimentaron hospitalización o acudieron a urgencias por trastornos de ansiedad, en contraste con el 1,2% de la población general. Este riesgo fue 3,7 veces mayor al considerar factores sociales y otros diagnósticos de salud mental.
Para aquellos cuya visita a urgencias estuvo relacionada con el cannabis, el riesgo de hospitalización o visita a urgencias por trastornos de ansiedad aumentó 9,4 veces en comparación con la población general.
Hombres y mujeres, así como personas de todas las edades que buscaron atención de urgencias por consumo de cannabis, presentaron un riesgo elevado de desarrollar nuevos trastornos de ansiedad en comparación con la población general, siendo los adultos más jóvenes (10-24 años) y los hombres particularmente vulnerables.
El estudio concluye que, independientemente de la causalidad, el consumo de cannabis puede empeorar la ansiedad y advierte contra su uso para tratar síntomas de ansiedad debido a la falta de evidencia de su efectividad, el riesgo de retrasar tratamientos basados en evidencia y el potencial de agravar los síntomas de ansiedad.