El pleno del Congreso ha rechazado la propuesta de delegar competencias sobre inmigración a la Generalitat de Cataluña. La iniciativa, impulsada por PSOE y Junts, fue bloqueada gracias a la oposición de Podemos, que se unió a los votos de PP y Vox. Según los morados, el verdadero objetivo de los independentistas era crear un marco para introducir un discurso “racista”. La negativa no sorprendió, ya que Podemos había advertido con antelación de que no apoyaría una medida con la que Junts “trata a la inmigración como un peligro social”.
La votación fue muy ajustada: 177 votos en contra frente a 173 a favor. Izquierda Unida generó incertidumbre hasta el último momento, pero finalmente optó por alinearse con Sumar, justificando su decisión como una forma de “avanzar y desbloquear la tramitación parlamentaria de la iniciativa legislativa popular para la regularización extraordinaria de personas migrantes”. Sin embargo, esa otra iniciativa necesitará del apoyo de Junts, que ya ha mostrado su rechazo.
El debate parlamentario se endureció con la intervención de la portavoz de Junts, Míriam Nogueras. En su discurso, sostuvo que “el país [Cataluña] y sus servicios públicos han quedado saturados” por el exceso de inmigración y denunció que “más del 40% de los inmigrantes en Cataluña no trabaja”. Además, alertó sobre un impacto negativo en la lengua catalana: “La supervivencia de nuestra identidad no está garantizada”. Sus declaraciones encendieron las críticas de varios partidos de izquierda.
Gabriel Rufián (ERC) acusó a Nogueras de pronunciar un discurso “racista”, al tiempo que reprochó a Podemos su voto decisivo contra la tramitación, calificándolo de “kafkiano”. Para el dirigente republicano, “no son unas competencias para la derecha catalana, por suerte, son unas competencias para la nación, para Cataluña y el camino que emprenden hoy es realmente peligroso y preocupante”. Así, ERC se situó en una posición intermedia: crítico con Junts, pero firme en el apoyo a la cesión.
Desde Sumar, Aina Vidal defendió que las competencias no recaerían en Junts, sino en “la Generalitat, una institución que nos representa a todas”. No obstante, lanzó un dardo a los nacionalistas al afirmar que “todos sabemos que Junts no trabaja para facilitar la vida de las personas migradas”. También reprochó la coincidencia de Junts, Podemos y PP en “la estrategia del tremendismo, el bloqueo y fomentar el tedio hacia la política”.
Finalmente, PP y Vox cargaron con dureza contra el Gobierno. Nacho Martín, del PP, acusó a Moncloa de querer “desguazar” España y sostuvo que la propuesta “ataca directamente a uno de los elementos principales de la soberanía”. Vox, en la misma línea, denunció que la delegación equivalía a “una reforma constitucional encubierta” y recordó que “en España no hay 17 fronteras, sino una sola”. Así, la derecha y la extrema derecha coincidieron en presentar la iniciativa como una amenaza a la unidad del Estado.