Miro con benevolencia y comedimiento las expresiones ajenas ante cualquier novedad, sobre todo sin son diferentes a las mías. De ahí que pueda entender, e incluso valorar, lo que pudiera haber dicho nuestro director de cine de cabecera sobre el nuevo aspirante a presidir el PSM. Porque el que viene no es tan guapo como el Presidente de Gobierno. Ni siquiera como el que se ha ido, por cierto, con la espontaneidad del que se siente empujado entre caricias de manos amigas.
Tuvo tiempo, antes de irse, de acompañar a la señora del Presidente a los juzgados para declarar sin la menor declaración. Todo quedó, para el extinto defensor del socialismo madrileño, en un paseíllo con andares de ciervo vulnerado al borde del precipicio.
El nuevo candidato, sin ser feo, le sobran carnes en la papada y el cinturón ha traspasado jadeante los agujeros junto a la hebilla, pero ya estará advertido de complacer con buenas subvenciones a nuestro director de cine de cabecera… que valora la hermosura en quienes gobiernan aunque, en ocasiones, únicamente la sueña.
En la vida, casi todo son satisfacciones.
pedrouve