El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves mantener sin cambios los tipos de interés oficiales, dejando la tasa de depósito en el 2%, la de refinanciación en el 2,15% y la de la facilidad marginal de préstamo en el 2,40%. Tal como anticipaban los mercados, el organismo ha optado por pausar tras haber frenado en julio un ciclo de ocho recortes consecutivos que abarataron el precio del dinero en 200 puntos básicos.
“El Consejo de Gobierno ha decidido hoy mantener sin variación los tres tipos de interés oficiales del BCE”, explicó el banco emisor, que señaló que la inflación se mantiene “en torno al objetivo del 2% a medio plazo” y que las perspectivas no han cambiado de forma significativa. Esta decisión busca dar estabilidad después de meses de ajustes monetarios.
Los últimos datos muestran que la inflación en la eurozona se situó en julio en el 2% interanual, la misma cifra del mes anterior. En el conjunto de la Unión Europea, la subida de precios fue del 2,4%, una décima más que en junio, reflejando cierta moderación tras los fuertes repuntes de los últimos años.
Dentro de los componentes, la energía volvió a abaratarse, con una caída del 2,4%, mientras que los alimentos frescos se encarecieron un 5,4%, acelerando su ritmo respecto al mes anterior. Excluyendo la energía, la inflación se mantuvo en el 2,5%, y si se eliminan además alimentos, alcohol y tabaco, la tasa subyacente permaneció estable en el 2,3%.
Las diferencias entre países siguen siendo notables: Rumanía (6,6%), Estonia (5,6%) y Eslovaquia (4,6%) registraron los mayores incrementos, mientras que Chipre (0,1%), Francia (0,9%) e Irlanda (1,6%) mostraron las menores alzas. En España, la inflación armonizada alcanzó el 2,7%, superando en siete décimas la media de la eurozona.