El asunto del catalán en Europa

25 de mayo de 2025
3 minutos de lectura
Pedro Sánchez, mucho catalán y poco español
Las banderas de España y de la Unión Europea, en un organismo oficial. /EP

Que nadie se despiste: España tiene un problema, quizás el más importante y urgente a juicio del presidente Pedro Sánchez, y es que la Unión Europea acepte la oficialidad del catalán. También el euskera y el gallego, pero sobre todo el catalán, porque de ese depende todo y cuando decimos todo Pedro se refiere a su presente y futuro inmediato o, lo que es lo mismo, a seguir en el poder con las bendiciones de Puigdemont.

Ha leído bien incauto. Lo que preocupa a este Gobierno socialista es que en Europa el catalán sea una lengua oficial, no expandir y promover el español, su historia y su cultura en una Europa en la que el inglés empieza dominarlo todo y el francés gana terreno al tercer idioma más hablado del Planeta, sí, ese, el castellano. Al español, ese idioma de catetos de los ‘cervantes’ y ‘lorcas’, de los ‘albertis’ o ‘unamunos’ que le den, y vamos a colocar el catalán aunque para eso tengamos que pagar lo que sea preciso.

Los 27 prevén votar la propuesta española el martes pese a las reservas de los servicios jurídicos del Consejo, y para eso el presidente Sánchez se ha puesto las pilas y ha elevado la presión a las capitales. “Nosotros pagamos lo que sea menester”, ha dicho el dirigente del PSOE, aunque por tener no tiene ni presupuestos ni los va a tener.

A sus colegas europeos Pedro Sánchez les está diciendo que no sean ‘porculeros’ porque este acuerdo es una línea roja de Puigdemont y de los independentistas catalanes en el que le va la vida. Y eso, como recuerda Europa Press en una noticia, la última propuesta del Gobierno para convencer a sus socios europeos de que permitan el reconocimiento del catalán, euskera y gallego como lenguas oficiales en la UE plantea su oficialidad desde 2027, una propuesta que obliga a una modificación del marco lingüístico para ampliar el paraguas a las tres lenguas cooficiales a partir de 2027. La reforma incluiría una «derogación» inmediata por la que las instituciones de la UE no estarán obligadas a redactar todos sus actos legislativos ni a publicarlos en el Diario Oficial de la UE en catalán, euskera y gallego.

Dinero a necesidades reales

No sé qué puede costar esta medida, pero querido presidente haga algo bueno de verdad por su gente, piense por una vez más en los demás que en usted y sus apesebrados y dedique el dinero que sea, por poco que sea, a políticas sociales, a la sanidad o la educación, cosas que sí importan y que sí son necesarias para la mayoría.

En diciembre de 2023, la Comisión Europea ofreció una estimación de 132 millones de euros al año (44 millones por lengua) lo que costaría la gracieta, una cantidad estimable con la que se pueden hacer muchas cosas. Para la mayoría de los españoles un pediatra, un maestro o un bombero es más valioso que el catalán oficial en UE, claro para Puigdemont y sus siete lo que importa son las cortinas de humo y la apariencia, que es lo que les da de comer.  

De verdad este es el problema?

Hay gente que no puede pagar un alquiler, que acude a los bancos de alimentos, que depende de la caridad, ancianos y discapacitados sin la dependencia… ¡Y usted retorciendo el brazo a los países europeos por el catalán, gastando energías, tiempo, recursos y, lo que es mucho peor, crédito y prestigio! Si le preocupase tanto el español igual tendríamos más respeto de los vecinos de dentro y fuera del continente y del resto de los españoles.

¿De verdad el problema de España en este momento es que el catalán sea oficial en la UE? ¿De verdad en Europa este debate puede ocupar un solo minuto cuando hay tantas cosas en juego? Usted, presidente, me da dentera y me provoca mala sangre. Reconozco que mi desprecio por el sanchismo y lo que representa es mayor que la cordura y el juicio que debería imperar en cualquier análisis que pretenda ser serio. Por tanto este no lo es porque nace de la indignación y puede que eso anule la razón. Pero me da igual. Es mi opinión ,lpero el problema de España no es la oficialidad del catalán en la UE. El problema de España se llama Pedro Sánchez. Considerese insultado.

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