Hoy: 27 de diciembre de 2024
Casi el 75% de los pacientes previamente catalogados como alérgicos a antibióticos betalactámicos, incluyendo penicilinas, no presentan una alergia genuina, según un estudio dirigido por el Dr. Gustavo Molina, especialista del Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB). Los resultados, obtenidos tras analizar 249 casos, sugieren un alto porcentaje de falsos positivos en este tipo de diagnósticos.
El análisis abarcó a 249 pacientes alérgicos a betalactámicos, provenientes de siete hospitales públicos del Institut Català de la Salut (ICS), entre ellos el Hospital Universitario de Bellvitge, el Hospital Universitario Vall d’Hebron, el Hospital Universitario Arnau de Vilanova, el Hospital Virgen de la Cinta, el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol y el Hospital Universitario Joan XXIII. De este grupo, en un sorprendente 74.3% de los casos, se retiró la etiqueta de alergia después de un minucioso estudio alergológico.
El Dr. Gustavo Molina advierte que las falsas etiquetas de alergia a penicilinas y otros betalactámicos no deben subestimarse, ya que representan un problema significativo tanto para la salud individual como la pública. Este sobrediagnóstico conlleva consecuencias graves, como el uso de alternativas terapéuticas más perjudiciales, costosas y menos eficaces, así como un aumento en las infecciones de heridas quirúrgicas y el prolongamiento del tiempo de hospitalización.
El estudio también destaca que el sobrediagnóstico contribuye al crecimiento de la resistencia a antibióticos, una amenaza creciente en el contexto global de bacterias multirresistentes. Esta resistencia representa un peligro cada vez mayor para la salud pública a nivel mundial. Es importante abordar este problema para evitar consecuencias negativas a largo plazo.
La mayoría de los falsos positivos identificados en el estudio provienen de la infancia, a pesar de que existe evidencia suficiente que sugiere que la alergia a los antibióticos suele desarrollarse entre los 26 y los 54 años. En este sentido, el Dr. Molina destaca la necesidad de incrementar la formación en alergia e hipersensibilidad, permitiendo que el personal sanitario mejore sus competencias en la identificación de reacciones y efectos adversos esperables de los fármacos.