(Para Biel Martínez Bartolomé)
JOSÉ ELADIO CAMACHO
Que los cambios sean necesarios no los hace imprescindibles. Que fuera de corta edad no significaba que no pudiera decidir sobre lo que le afectaba, y aquella decisión había sido tomada por voluntades ajenas. El camino seguido no era de su agrado, y aún menos el lugar de destino. Lo dejado atrás le era más valioso. La mano que lo aferra no le asiste y le conduce a un lugar no deseado. No le simpatiza quién de esa manera le lleva. “Porqué me pasa esto a mi” – exclama- con voz infantil todavía no formada. Otros, sobre la acera patibularia (1), se le asemejan y le miran solidarios como reos en cadenas.
Sobre la escalinata de acceso, entrado en su foro y rendido a la evidencia, piensa que como el héroe de los cuentos al final encontrará cosas maravillosas.
(1) Patibularia. Adjetivo. Que por su repugnante aspecto o aviesa condición produce horror y espanto.