Grandes personalidades de la Unión Europea que han colaborado en la obra de uno de los pioneros en el estudio del derecho comunitario acuden al acto
La sala de tapices del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de Madrid fue el escenario donde presentó este lunes por la tarde Carlos Francisco Molina del Pozo, el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Alcalá, que también ostenta la cátedra Jean Monnet de Derecho Comunitario en la misma universidad, su libro Derecho de la Unión Europea e Integración Regional.
El acto académico, inaugurado por la directora del centro, Yolanda Gómez Sánchez (catedrática de derecho Constitucional), contó con el galardón del reconocimiento por la intervención, entre otros muchos prestigiosos académicos y juristas, de José María Gil-Robles y Gil-Delgado (expresidente del Parlamento Europeo).
La coordinación del texto corrió a cargo de Pablo Cristóbal Molina y el patrocinio a la prestigiosa editorial Tirant lo Blanch.
Molina del Pozo, formado en Bolonia, París y Brujas fue pionero en el estudio del derecho comunitario, incluso mucho antes de que España fuera país miembro de la Unión Europea. Durante más de 30 años, desde su origen, director del Centro de Estudios Europeos de la universidad de Alcalá de Henares. Así, durante su estancia en el cargo ha facilitado la consulta a los distintos programas comunitarios desde su cátedra, dando la posibilidad de establecer comunicación en tiempo real con Bruselas por videoconferencia.
Desde entonces, compagina sus actividades académicas y docentes con una nutrida agenda como asesor y consultor internacional y, además, es autor de más de 200 libros sobre la materia que han sido traducidos a más de 20 idiomas y publicados en más de 50 países.
Sus mentores, según ha comentado Molina del Pozo a FUENTES INFORMADAS tras la presentación, han contribuido a que el proyecto sea hoy una realidad. Se trata de quien hace más de tres décadas fuera secretario general de la Comisión Europea, Jean Claude Eckout, y de Jacqueline Lastenouse, jefa de la división de la Comisión para las relaciones con las universidades de la Unión Europea; así como sus colaboraciones con Enrique Barón, propulsor del Tratado de Maastricht; y Gil-Robles, del Tratado de Niza. Tampoco hay que olvidar la inestimable ayuda del expresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín.
Por un lado, estos recursos humanos y antecedentes han permitido su asesoramiento en los albores de la Constitución Española de 1978 a miles de funcionarios de las comunidades autónomas. Por otro lado, el manual del profesor Molina del Pozo, Derecho de la Unión Europea -llamado cariñosamente por sus alumnos la Biblia del derecho comunitario europeo– sea usado universalmente y obligado como manual en muchas universidades españolas. Sucede lo mismo en la gran mayoría de las facultades de derecho de países latinoamericanos que pretenden un proceso reunificador e integrador de su justicia, economía, política y sociedad.
Quizá debiéramos meditar en España al respecto y seguir los consejos de tan sabio profesor, aplicando esas políticas integradoras en nuestro reino de taifas, caracterizado por estructuras excesivas para nuestras verdaderas necesidades organizativas y, que desgraciadamente, se diluyen en la ineficacia. Nadie es profeta en su tierra.