Cuando ya no existen las palabras

21 de julio de 2025
2 minutos de lectura

Y se fue para siempre, dejando en el aire un pesar y un dolor que perdurará en el corazón de esa madre que se queda sin lágrimas…

Cuando las palabras no tienen efecto ante el inmenso dolor que produce la pérdida dolorosa de un hijo querido, ese que te hizo saborear el maravilloso milagro de la maternidad, que fue único en tu vida y confidente contigo hasta dejar el nido vacío para construir el suyo propio.

Un día muy triste y doloroso se le cortó la vida y dejó de existir, se le terminó el tiempo y dejó un helado silencio en la vida de los que le querían. Es un mazazo que te desgarra por dentro, no entiendes nada, te deja sin respuestas a preguntas que tú, como madre, le traspasabas y que él, como hijo, respondía desde esa lejanía que hace torpes las respuestas, aunque deje un testimonio solo entre él y ella que deja un sabor amargo, duro y demasiado triste.

Y se fue para siempre, dejando en el aire un pesar y un dolor que
perdurará en el corazón de esa madre que se queda sin lágrimas sintiendo más que nunca que de esa familia que creó ella junto a su marido, solo quedará ella hasta el final de sus días, con sus vivencias y recuerdos, en un libro escrito en su propia alma que casi no se atreverá abrir para poder subsistir.

Quienes se duelen junto a ti y te dan ese calor humano desde su sentimiento más profundo y empático, agradeces ese contacto, ese abrazo, te traspasan su cariño, su afecto y esa acción te suaviza la pena y te da fuerza para continuar, dando vida con la tuya a la vida adorada y querida de tu hijo que aquel día triste se marchó para siempre.

No existe nada peor que la vida deje a una madre aparcada en este mundo, llevándose lo más preciado que Dios en su inmensa grandeza regaló por un tiempo.

Ese tiempo que siempre será demasiado corto para todos los que fueron capaces de disfrutarlo, conocerlo, quererlo, amarlo, a un ser que vino a este mundo lleno de luz, alegría y muchas ganas de vivir.

Que disfrutes de esa luz, que solo Dios te puede dar y te haga partícipe de las bondades de esa Gloria que es verdadera al conocerla, en esa otra vida que a todos nos espera después de esta. Pensar que por mucho que la ames y la disfrutes, se termina, cuando menos te lo esperas.

Vive, ama, sé empático y honra a tus semejantes, todos somos contribuyentes con nosotros mismos.

Todo lo terrenal que nos perturba es como un estanco de aguas fétidas, que contribuyen al detrimento de lo más preciado para el después, que es nuestra propio ser.

Que la Paz nos envuelva a todos. Gracias por poder transmitir todo ese amor que somos capaces de dar a todos los que sufren.

9 Comments Responder

  1. Qué bonito ver que ante la pérdida todavía queda esperanza, tras la ausencia terrenal empieza una nueva vida que nosotros los creyentes sabemos que es la vida eterna, de luz y paz.
    Que alegría creer en la vida, en la muerte y en el amor eterno.

  2. Es verdad, que difícil tiene que ser la pérdida de un hijo, no sabría que decir para poder consolarte sólo que, seguramente, habrá un lugar mejor que este en el que vivimos, seguramente, habrá entrado en la paz que se merece y con algunos seres queridos y esperando a otros.

  3. Se fue en silencio pero la tristeza me hizo esbozar una sonrisa recordando mañanas de playa,paseos en barco,tardes de horchata….. veranos interminables Inteligente,divertido y lleno de inquietudes así quiero recordarlo Se que tendrá inflada la barca para cuando vayamos llegando pues llegaremos seguro Ese es el consuelo saber que volveremos a remar juntos Mientras tanto nos quedamos para vivir por él pues es lo que debemos hacer 🥹

  4. Como siempre, tus escritos estás sacados desde el fondo de tu corazón y se puede notar todo el amor que le tenías en cada palabra. Es cierto que no hay forma de consolar esto con palabras, pero aunque ahora no puedas tenerlas, te mereces tener una sonrisa en tu rostro todos los días disfrutando con aquellos que te quieren. Aunque ahora parezca imposible, lo que más feliz me haría y lo que creo firmemente que te mereces es disfrutar de este mundo lo máximo posible, explorando cada rincón de este, perdiéndote en las calles mientras ríes con los tuyos, así que ese es mi deseo para ti: felicidad, salud y fuerza para disfrutar de tu vida que seguro que todavía tiene muchas cosas bonitas que darte aunque ya hayas vivido mucho.

    Te quiero mucho aunque mi torpeza a veces no me deje demostrarlo.

    ¡Mucho ánimo!

  5. Tus palabras me han llegado al alma. Has sabido expresar con una verdad y una sensibilidad inmensas el dolor más profundo que puede vivir una madre, pero también el amor más grande, ese que no desaparece, que permanece más allá del tiempo y la ausencia. Gracias por compartir algo tan íntimo,

    También quiero decirte, que tu hijo está en buenas manos. En ese cielo lleno de luz y paz, está cuidado y acompañado por quienes tú y yo bien sabemos. Doy buena fe de ello. Y confío en que algún día nos reencontraremos con ellos, en ese lugar donde el amor no se rompe y las almas vuelven a abrazarse.

    Mientras tanto, aquí seguimos los que aún estamos, con la oportunidad de darnos cariño, de acompañarnos, de sostenernos los unos a los otros. Aprovechémoslo, vivámoslo y cuidémoslo hasta el último día, porque eso también es una forma de honrar a quienes se han ido.

    Te acompaño con todo mi respeto, mi cariño y mi profunda admiración. Siempre contigo.

  6. Para tu hijo:

    Comenzaste la vida en una buena familia que te quería con toda su alma, me contaron que eras una persona de buen corazón, inteligente y sensible, muy querido por todos los que te rodean, especialmente por esa madre que hoy te escribe y que te tendrá en su corazón para siempre.

    Te fuiste repentinamente, sin despedirte, sin decir nada, no entendemos cómo estabas llevando tu vida para que nos dejases parados en el tiempo con tu temprana partida. No te dio tiempo a explicar ni a decir todas las cosas que querrías decir ni tampoco a hacer esos cambios en tu vida que suelen venir sin planificar.

    Vivir no es nada fácil pero siempre podemos superar las adversidades que la vida nos presente, más tarde o más temprano, con ayuda y mucho amor de los que te rodean. Es necesario recordar que la salud es lo más importante que tenemos todos y es imprescindible cuidarla.

    Dicen que el tiempo todo lo cura pero no es del todo cierto, hay heridas que se quedan para siempre en el corazón. La pérdida de un ser tan querido, no se supera y menos cuando se trata de un hijo, esto es algo que ninguna madre y ningún padre deberían experimentar, estas injusticias sólo las podrá entender Dios porque yo no las entiendo.

    Tu partida tan repentina ha dejado aquí a una madre que te quiere con toda su alma y a unas hijas que sentirán tu ausencia el resto de sus vidas. No es justo, no tenias porque haberte ido tan pronto, dejas muchas preguntas sin respuesta y corazones destrozados, quizas se podria haber evitado y aún estarías entre nosotros. Esto es algo difícil de saber pero cuando sucede, no puedes evitar pensarlo sin parar.

    Me hubiera gustado conocerte, pues eras su querido hijo y siempre creí que todo mejoraría algún día.

    Te deseo la mayor paz posible allí donde estés ahora.

    Un abrazo,
    Patricia

  7. Él el mejor hijo, y tú la mejor madre. Y madre de muchos. Estamos contigo Meme. Tus niños te quieren, apoyan y están a tu lado. Seguimos rezando. Siempre con Dios❤️

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