Cuando la casta política está por encima de los ciudadanos

Lo estamos viendo, lo hemos visto en ese momento álgido de la catástrofe de Valencia. Cuando la gente grita hacia dentro son los gritos del silencio, esos que están acostumbrados a que les roben la voz, y otros, al haberlo perdido todo, lo gritan con fuerza, rabia y desgarro, a la cara, sin miedo a nada porque lo han perdido todo y ya no tienen nada que perder.

Lo hemos visto cuando sus propias vidas ya no tienen ningún valor para ellos al haberse convertido en nadie, al quedarse solos y con sus muertos clavados en sus memorias. Ellos saben también lo dura que es la sociedad en la que vivimos: si no tienes, no eres, no vales, eres solo un DNI con tu número, sin trabajo, sin casa, sin familia…

Y sienten que ya no son nadie y muchos, por edad, no pueden empezar de nuevo. ¿Para qué necesitamos un gobierno inactivo y unas instituciones que no funcionan por haberlas anteriormente aniquilado? ¿Dicen de ayudas? ¿Para qué más créditos después de haberlos tenido para mantener sus pequeñas empresas? ¡Si muchos no podrán hacer frente! Ya no pueden, no tienen un respaldo viable, viven una tragedia clavada en su vida y en sus días, los que le queden…

Esos autónomos que tienen que hipotecar sus bienes para mantener sus negocios y que ahora no podrán ni pagar su cuota porque ya no son nadie, al no tener nada. Y van tocando puertas y se las cierran pidiéndoles papeles inservibles que con el tiempo pasarán al cementerio de los papeles donde se pudrirán al no ser nada más que burocracia inútil.

Y así todo. Y aplauden en el hemiciclo unos y otros, según el color que toque, rompiéndose las manos. Saben que a ellos no les faltará nada, les sobra a muchos el sentido de la verdad y la decencia, siendo partícipes al aprobar unos y otros toda clase de leyes que perjudicarán a los ciudadanos. ¡No nos inspiran el más mínimo respeto!

¿Para qué nos sirve una justicia que condena con leyes establecidas y que por beneficio propio cambian esas leyes para exonerar de sus penas a unos asesinos, pederastas… etc., tengan los crímenes que tengan a sus espaldas? Y nos los dejan libres en la calle.

¿Cómo nos vamos a sentir seguros con semejantes políticos? Además a muchos les escuece la figura del Rey de España, más de los que nos podemos imaginar. Y hacen preguntas capciosas, que en ciertos grupos resultan exasperantes para muchos. ¿Para qué sirve la corona?

Incluso lo que más escuece a muchos, más de los que podemos imaginar, se preguntan… ¿Tiene más predicamento la esposa del dirigente principal del país que el propio Rey para hacer lo que le convenga a sus intereses?

Siendo espectadores como somos de hechos y acciones poco edificantes para muchos ciudadanos, los demás no saben o no contestan, es la ley del silencio, otra más.

El propio Rey no pudo cumplir por su voluntad de mandar ayuda inmediata a Valencia y quedó relegado sin poder cumplir con una función meramente humanitaria, y todo por tener que cumplir con las leyes establecidas.

Algunos no lo saben, o se les olvidó. Tenemos una monarquía parlamentaria y el Rey es el Jefe del Estado y todos sus actos deben ser refrendados por el Gobierno de acuerdo con lo establecido en la Constitución en su Titulo II dedicado a la Corona.

No hace falta lupa alguna para darse cuenta que sin ocultarlo, al contrario, haciendo ostentación, este gobierno no apoya y hace feos de todo tipo, acompañados de faltas de protocolo palpables, interpretando una negación hacia la institución más importante que nos representa en todo el mundo, que es la Corona de España.

Y qué me dicen de esa oposición… ¿Para qué sirve una oposición acomplejada y que refleja un pavor enfermizo a oponerse con firmeza a cualquier movimiento que resulte con leyes que detestan y que son perjudiciales para los intereses de sus votantes

Todos están perdiendo toda la confianza en los mandatarios.Si el pueblo se las vale solo hasta en las catástrofes. ¿Para qué nos sirven?

Tienen confundidos los conceptos. Ellos tienen que servir a los ciudadanos y los ciudadanos debemos cumplir con nuestras obligaciones de pagar los impuestos que nos correspondan. Pero como se esta viendo en esta catstrofe de Valencia, los han abandonado, los han despreciado, no les dieron ni agua.

Son esas imágenes que no se deben olvidar, tenemos en nuestras manos el poder elegir a representantes que respeten las leyes, no lo que estamos viendo… ¿Hasta cuándo seguiremos tragando injusticias?

Cuando se pierde el miedo, el resto debe cubrirse.Era fácil hacerlo bien y abrieron, por avaricia y partidismo, las puertas del infierno.

Ahora recogerán todos la siembra sin conciencia que dejaron en el fango. No está limpio ninguno de los que fueron incapaces de gestionar, además de no pensar en salvar vidas, las vidas de nuestros hermanos.

Llegará esa guadaña, esa que no se cansa de visitarnos al final de nuestras vidas, cortando de un tajo el hilo que nos une a la vida regalada. Todo por la inacción de unos indeseables que facilitaron la visita a la inexorable parca.

Dios, para los creyentes y la vida para los demás, dará a cada cual lo que nos merezcamos. La vida humana es lo más importante que poseemos para guardarla, respetarla y conservarla. Mientras estos, teniendo en sus manos el poder para salvar a muchos, le dieron al borrado de conciencia y, al no tenerla, jugaron con el tiempo, y el tiempo les dio su respuesta.

Ahora toca enterrar a nuestros hermanos muertos. Todos debemos reflexionar sobre los que aceleraron su final

Actuemos con conciencia, honor y ¡¡JUSTICIA!!