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Condena de 52 años de cárcel para ‘Txapote’ y dos exintegrantes de ETA por un atentado frustrado en Navarra

El Ex Jefe Militar De ETA Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote" IFuente: EP

Los magistrados sostienen que en noviembre de 2000, Santi y Peio formaban parte del citado comando bajo las órdenes de Txapote

La Audiencia Nacional condena a 52 años de cárcel Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, exjefe de ETA, y a los exmiembros de la banda terrorista Asier Arzalluz, Santi, y Aitor Aguirrebarrena, Peio, por la colocación en el año 2000 de un macetero bomba que no explotó en una vivienda en Cintruénigo (Navarra) en la que creían que vivía un guardia civil.

En una sentencia, recogida por Europa Press, la Sala de lo Penal condena a los acusados a 38 años de cárcel por dos delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y a otros 14 años por un delito de estragos terroristas también en grado de tentativa. Se trata de la misma pena que ya le fue impuesta en otro juicio al etarra José Ignacio Guridi Lasa, responsable de captar a Santi para el comando Ttotto.

Los magistrados sostienen que en noviembre de 2000, Santi y ‘Peio’ formaban parte del citado comando bajo las órdenes de Txapote. En fecha no precisada, pero próxima y anterior al día 9 de ese mes, colocaron un artefacto explosivo en una jardinera ubicada en el alféizar de una de las ventanas del salón-comedor de la primera planta de una vivienda situada de la localidad de Cintruénigo.

El objetivo de dicha acción, apunta el fallo, era causar la muerte de un miembro de la Guardia Civil que residía en esa vivienda, pero que había abandonado ya en 1996 el domicilio y en aquella época estaba ocupado por una mujer que no pertenecía a las fuerzas de seguridad y su hijo menor de edad.

El artefacto no llegó a explosionar, asegura el tribunal, debido a la interrupción del fluido eléctrico del circuito, ocasionada por la rotura de los hilos conductores del cableado en alguna de las conexiones del dispositivo. Posteriormente, el 28 de enero de 2001, el artefacto fue hallado, procediéndose a su retirada y desactivación por especialistas del GEDEX de la Guardia Civil de Navarra.

La Sala considera que no hay duda respecto a la autoría de Arzalluz y Aguirrebarrena por cuanto reconocieron en el juicio su participación en los hechos. Txapote, por su parte, se negó a declarar, lo que el tribunal considera como una negación de su implicación.

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