Las elecciones presidenciales de este domingo en Chile presentan un escenario polarizado entre dos figuras ubicadas en los extremos ideológicos: la izquierdista Jeannette Jara y el derechista José Antonio Kast. Ambos compiten en un clima marcado por la preocupación ciudadana frente al aumento del crimen, fenómeno que muchos asocian a la migración irregular. Aunque Chile sigue siendo “uno de los países más seguros del continente”, el incremento de delitos en los últimos años ha dado impulso a propuestas de mano dura, especialmente desde la derecha.
Durante la jornada electoral, Kast subrayó que el país necesita “unidad para enfrentar los problemas que hoy día nos afligen”, haciendo énfasis en la seguridad como el tema predominante en su campaña. El candidato añadió que “la mayoría de las personas le van a decir que tienen miedo”, reflejando la percepción de vulnerabilidad que se ha instalado en parte de la ciudadanía. La votación se desarrolla desde las 8:00 hasta las 18:00, con una participación que se anticipa alta dada la obligatoriedad del sufragio, según recoge Diario Las Américas.
Jara, descrita como una “comunista moderada”, lidera junto a Kast las encuestas entre los ocho candidatos que buscan suceder al presidente Gabriel Boric. Sin embargo, las proyecciones indican que ninguno alcanzaría los votos suficientes para evitar un balotaje el 14 de diciembre. Desde la derecha también destaca Johannes Kaiser, quien se perfila como un candidato con discurso similar al del presidente argentino Javier Milei y podría disputar espacio en la segunda vuelta.
La creciente inseguridad ha desplazado las demandas sociales que dominaron la agenda política durante el estallido social de 2019. Con un aumento del 140% en los homicidios durante la última década y el avance del crimen organizado —incluyendo delitos antes poco frecuentes en el país, como el sicariato—, analistas señalan que la prioridad ciudadana ha cambiado drásticamente. Como explica el experto Gonzalo Müller, el desafío radica en enfrentar “la llegada del crimen organizado y delitos desconocidos hasta ahora en nuestro país”.
En este contexto, los 15,6 millones de votantes también renovarán la Cámara de Diputados y parte del Senado. La campaña estuvo dominada por el debate sobre seguridad, obligando incluso a Jara a moderar el énfasis en sus propuestas sociales. La candidata afirmó que no tendrá “ningún complejo en materia de seguridad”, al tiempo que prometió fortalecer políticas que otorguen a los chilenos “la seguridad de llegar a fin de mes”. Entre sus iniciativas destaca el levantamiento del secreto bancario para combatir el financiamiento del crimen organizado.
Kast, por su parte, ha centrado su discurso en la migración irregular, llegando a prometer un “escudo fronterizo” y deportaciones masivas. Su narrativa se ha visto reforzada por el temor que genera el accionar de organizaciones como el Tren de Aragua. Kaiser, aún más radical, declaró que en estas elecciones “está en juego si se sigue profundizando la desconexión de América Latina con los Estados Unidos y el mundo libre”. En definitiva, los comicios podrían marcar el camino hacia un eventual retorno de la derecha al poder, 35 años después del fin de la dictadura de Pinochet.