ChatGPT ya no solo conversa: ahora también interpreta imágenes con precisión y las modifica al momento. OpenAI ha presentado sus nuevos modelos de inteligencia artificial, denominados o3 y o4-mini, que permiten al popular chatbot analizar, razonar y editar elementos visuales como fotos, gráficos, esquemas o incluso dibujos a mano, aunque estén borrosos o sean de baja calidad.
Con esta nueva generación de modelos, ChatGPT no se limita a “mirar” imágenes, sino que empieza a “pensar” con ellas. Puede girarlas, recortarlas, ampliar zonas específicas o transformarlas mientras interactúa con el usuario. Esto abre la puerta a aplicaciones más sofisticadas en campos como la educación, la medicina, la ciencia de datos o el diseño gráfico, según una información publicada en el Diario de Yucatán.
Según OpenAI, el modelo o3 es el más potente que han desarrollado hasta la fecha en tareas visuales. En pruebas internas, ha cometido un 20% menos de errores que su antecesor o1, y ha demostrado un rendimiento superior tanto en tareas técnicas como en escenarios de análisis empresarial.
Una de las grandes mejoras es la capacidad de ofrecer respuestas más naturales, personalizadas y parecidas a una conversación informal. Ya no se trata solo de precisión, sino también de conexión con el usuario. Las respuestas fluyen mejor, con mayor comprensión del contexto y un lenguaje más cercano.
Además, por primera vez, ChatGPT puede combinar todas sus herramientas —búsqueda en Internet, análisis de archivos, lectura de tablas y gráficos— de forma dinámica y con criterio propio. Decide cuándo y cómo usar cada recurso para resolver tareas complejas, normalmente en menos de un minuto.
Mientras OpenAI sigue afinando sus modelos, también se ha sabido que la empresa dirigida por Sam Altman está en negociaciones para adquirir Windsurf, una herramienta de inteligencia artificial especializada en programación, por unos 3.000 millones de dólares. Una jugada que podría reforzar aún más su liderazgo en el desarrollo de tecnologías aplicadas al mundo del código y los desarrolladores, en un mercado donde compite con gigantes como Microsoft o Anthropic.