Los investigadores responsables del estudio destacan la necesidad urgente de actuar en función de sus hallazgos
Un total de 3.722 especies de reptiles, anfibios, aves y mamíferos están en peligro de extinción porque habitan en zonas propensas a huracanes, terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas.
Investigadores del Globe Institute de la Universidad de Copenhague las han identificado, y los investigadores responsables del estudio destacan la necesidad urgente de actuar en función de sus hallazgos.
“Hemos identificado qué especies corren un mayor riesgo de extinción debido a los peligros naturales, lo que constituye un aspecto nuevo de nuestros hallazgos. También destacamos las estrategias para prevenir estas extinciones, como los programas de cría en cautividad para aumentar el tamaño de la población y la translocación de esas especies”, explica el investigador posdoctoral Fernando Gonçalves, uno de los dos primeros autores del estudio.
Su colega y primer autor del estudio, el investigador posdoctoral Harith Farooq, añade: “En nuestro estudio, al superponer la aparición de cuatro tipos de peligros naturales con especies que tienen distribuciones limitadas o se dan en pequeñas cantidades, pudimos identificar qué especies pueden ser más susceptibles a estas amenazas”, afirma.
“La mitad de estas especies se encuentran en lo que calificamos como de ‘alto riesgo’ de extinción debido a peligros naturales, y la mayoría de ellas se encuentran en los trópicos y especialmente en islas tropicales, que ya han experimentado muchas extinciones desde la colonización por los humanos”, afirman Jonas Geldmann y Bo Dalsgaard, autores principales del estudio.
Esfuerzos para evitar la extinción
Para ayudar a las especies a resistir los peligros naturales, algunas pueden ser trasladadas a zonas más seguras y se pueden establecer medidas de conservación como programas de cría en cautiverio. Un ejemplo es un loro endémico que sólo se encuentra en la isla caribeña de Puerto Rico.
“La cotorra puertorriqueña, que antes estaba muy extendida pero que ahora está en peligro de extinción debido a la actividad humana y los huracanes, está siendo protegida mediante la cría en cautiverio y los esfuerzos de reintroducción en todo Puerto Rico. Ese es uno de los pasos que destacamos en el artículo que se deben dar para aumentar el número de individuos en la naturaleza”, dice Gonçalves.
Los autores esperan que el estudio inicie otros esfuerzos para evitar la extinción de especies en el futuro. También pretenden que su estudio vaya más allá de simplemente enumerar las especies en riesgo debido a peligros naturales y fomente estudios que exploren y comprendan los impactos ecológicos más amplios, como la pérdida de interacciones entre estas especies y sus entornos.
“Teniendo en cuenta que muchos aspectos vitales de los ecosistemas, como la polinización y la dispersión de semillas, dependen en gran medida de las interacciones entre organismos vivos, la pérdida de estas interacciones puede tener consecuencias significativas. Esto podría dar lugar a una disminución más rápida del número de especies y una disminución de las funciones del ecosistema”, dice Gonçalves, y añade.
“No estamos perdiendo sólo una especie, sino una multitud de funciones ecosistémicas que estas especies proporcionan”, afirma Gonçalves.
La investigación se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences.