Cárcel de Martutene (Donostia-San Sebastián)

Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de reclusos. (Reglas Nelson Mandela)

Regla 74

1. La administración penitenciaria seleccionará cuidadosamente al personal de todos los grados, puesto que de la integridad, humanidad, aptitud personal y capacidad profesional de dicho personal dependerá la buena dirección de los establecimientos penitenciarios.

​Leo en el Diario Vasco, periódico decano de los de Guipúzcoa, que la Consejera de Justicia y Derechos Humanos, Dña. María Jesús San José, tiene prevista una OPE (Oferta pública de empleo) de funcionarios de prisiones que “espera esté resuelta para 2026”.

Hay que recordar que las competencias en materia de prisiones se transfirieron al País Vasco en octubre de 2021 y desde entonces, no se han acordado de que los funcionarios de prisiones, como funcionarios públicos que son tienen derecho a la movilidad y a intentar encontrar una plaza lo más cerca de sus domicilios y familias que sea posible.

Tampoco se han acordado de que la construcción de la cárcel nueva de Zubieta, sí, justo al lado de la ciudad deportiva de la Real Sociedad, lleva más de 15 años parada precisamente por la cabezonería de nuestros políticos nacionalistas.

De lo que sí se han preocupado nuestros políticos vascos es de dar el tercer grado a los etarras, de cambiar el día que homenajea a los funcionarios de prisiones, de la Merced al 18 de julio, día que celebra el glorioso alzamiento nacional, ¡Uy! Perdón, en qué estaría pensando yo. Se celebra el día de Nelson Mandela, sí ese que se pasó muchos años en la cárcel por cuestiones políticas.

También se han acordado de cambiarle el nombre a las cosas, de renombrarlas, para así hacerlas suyas y dejar la impronta del Gobierno que ha conseguido adquirir una competencia más. Cambiar el nombre a las cosas no cambia las cosas. Cambiar el nombre a los funcionarios de prisiones no los cambia.

Para cambiar la dinámica de toda la estructura de prisiones hay que empezar de cero. Estudiar las normas, las que nos gustan y las que no, y hacerlas efectivas, dotar de fondos, de medios y de personal a esa estructura y ponerla en marcha de nuevo. No se puede cambiar una rueda de molino mientras ésta gira, por muy despacio que lo haga.

Por eso ahora nos encontramos con 93 funcionarios de prisiones menos y con 400 presos más, lo que hace que como siempre, seamos los presos, los que paguemos la falta de previsión, la desidia, la incompetencia y la falta de interés de nuestros políticos por los presos, y por el sistema penitenciario.

Además de vieja, la cárcel de Martutene se inauguró en el año 1948, esta cárcel tiene capacidad para tan solo 150 presos y tiene entre sus muros a cerca de 350. No reúne las infraestructuras necesarias para una vida privada de libertad digna. Humedades, ya que se encuentra por debajo del nivel del rio Urumea que pasa a su lado, frio, en invierno, calor en verano, hacinamiento, falta de profesionales de tratamiento, ausencia de cursos que se exigen para obtener permisos y terceros grados, como los cursos de violencia de género o de delitos sexuales.

Así, hay presos cumpliendo condenas de 9 meses y no les dan ni permisos ni tercer grado porque no han hecho el curso de violencia de género, curso que dura nueve meses mínimo y que se imparte una vez al año.
​Lo más sangrante es lo ocurrido a otro preso que tenía concedido un permiso penitenciario y que por error se le concedió a otro preso que no lo tenía autorizado y que aprovechando la salida, se fue para no volver. Nunca más se supo de él.

Yo me voy a atrever a renombrar el Centro Penitenciario de Martutene y creo que no doy con la palabra adecuada que sea capaz de abarcar tanta mierda, tanta incompetencia, tanta desidia y tanta maldad.