La estimulación del nervio vago es una técnica de carácter paliativa, no curativa, en pacientes farmacorresistentes
La Unidad de Epilepsia del Hospital General de la Universidad de Canarias (HUC), con un equipo de electroencefalografía de 128 canales, ha sido designada recientemente como un referente en cirugía de epilepsia en Canarias, según informa Europa Press.
Se trata de una unidad multidisciplinaria integrada por neurólogos, neurocirujanos, neurofisiólogos y enfermeras. También cuenta con una consulta temática y una unidad de observación de video-EEG y una grabación de vídeo continuo que puede registrar los síntomas clínicos del paciente.
Se trata de una unidad de carácter multidisciplinar, formada por neurólogos, neurocirujanos, neurofisiólogos y enfermeras, que cuenta con la consulta monográfica y la Unidad de monitorización video-eeg, una habitación adaptada que permite el registro de la clínica del paciente y la actividad electroencefalográfica, durante un período de tiempo variable según la indicación empleada.
La cirugía de la epilepsia pretende conseguir la extracción del foco epiléptico, su aislamiento o, al menos, evitar la propagación de la descarga anormal a áreas con manifestaciones clínicas más elocuentes. Su finalidad es conseguir la curación de la epilepsia o desaparición de las crisis, y, si la evolución es positiva, la suspensión de la medicación antiepiléptica.
En un porcentaje de pacientes se puede curar la epilepsia, pero que en la mayoría de los casos ayudará a controlar mejor la epilepsia, bien disminuyendo la frecuencia de crisis o la gravedad y riesgo de éstas.
Junto a la cirugía resectiva en epilepia, en esta Unidad se realiza también cirugía para la implantación de estimuladores del nervio vago. Se trata de un dispositivo que se implanta de manera subcutánea en hemitorax izquierdo habitualmente a modo de “un marcapasos”, y a través de un electrodo, que se conecta al nervio vago, envía un estímulo eléctrico semicontinuo a través de sustancia reticular ascendente, hacia el tálamo.
La estimulación del nervio vago es una técnica de carácter paliativa, no curativa, en pacientes con epilépsias farmacorresistentes, habitualmente con causas lesiones, estructurales, en muchas ocasiones postnatales, que no son candidatos a cirugía resectiva curativa. De especial indicación en pacientes
La Unidad de Epilepsia del hospital HUC puede monitorizar a dos pacientes de forma simultánea de manera continua, de lunes a domingo. La monitorización permite registrar las crisis de la persona ingresada y permite llegar a un mejor diagnóstico de los episodios que presenta el paciente, así como si se trata de crisis epilépticas, hasta un 20-30 % de los pacientes que son referidos a un centro especializado por epilepsia refractaria no tienen epilepsia, y el tipo que padece.
Es de gran ayuda en pacientes en los que no se puede diagnosticar el tipo de crisis y de epilepsia de forma acertada, fundamentalmente cuando la respuesta al tratamiento no sea adecuada, así como permite valorar los factores desencadenantes de las crisis en un determinado paciente, tales como fotoestimulación, privación de sueño y estímulos específicos en epilepsias reflejas.
En determinados pacientes, puede resultar complicado evaluar la frecuencia de las crisis a través de la entrevista clínica, mientras que el registro y la cuantificación de las mismas permite valorar la situación real, como en pacientes con crisis de ausencia, pacientes con epilepsia y discapacidad intelectual grave o los que viven solos, entre otros.
La Epilepsia
La epilepsia es una enfermedad crónica con consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales, que implica un seguimiento, generalmente a largo plazo, por parte del neurólogo. De esta manera, se pretende conseguir un mejor control de las crisis epilépticas y de la situación general del paciente, con el mejor tratamiento antiepiléptico posible.
Según el estudio EPIBERIA, realizado por la Sociedad Española de Neurología sobre la prevalencia de la epilepsia en España, unas 578.000 personas en España sufrirán la enfermedad a lo largo de su vida y 225.000 personas han padecido crisis epilépticas en los últimos 5 años. Cada año se detectan entre 12.400 y 22.000 nuevos casos.
Es una enfermedad que puede tener un diagnóstico difícil y que puede retrasarse en el tiempo dependiendo de la evolución de la enfermedad. Hasta el 25% de las crisis pasan inadvertidas a los pacientes y familiares y, se cree que hasta en el 20% de los pacientes con crisis incontroladas existen errores diagnósticos.
La epilepsia, y sobre todo en el caso de los pacientes farmacorresistentes, tiene una importante repercusión socio-sanitaria: el coste medio anual de los recursos utilizados por un paciente farmacorresistente en España se acerca a los 7.000€ y el número de pacientes con discapacidad por epilepsia en edad activa es superior a las 26.000 personas.
Aunque la epilepsia se entiende como una entidad crónica, existen tratamientos muy eficaces para disminuir o incluso detener las crisis. Actualmente el 75% de los pacientes con epilepsia son capaces de controlar sus crisis con la medicación que existe en la actualidad.
Pero existe aún un porcentaje bastante alto de personas con epilepsia, en torno a un 30%, farmacorresistente, que no responden bien y pueden precisar de otras terapias, como la cirugía o procedimientos paliativos, la estimulación del nervio vago o con dispositivos de implantación subcutánea.