Este junio, Sabrina Carpenter apareció en la portada de Rolling Stone. Surgió casi desnuda, envuelta solo por una larga cascada de cabello estilo Rapunzel, en una fotografía bañada por el sol y firmada por David LaChapelle. Con toda probabilidad, Carpenter (26 años) conoce la portada más célebre del fotógrafo para la revista, aquella en la que Britney Spears, con 17 años, posó con un sostén push-up negro sobre sábanas fucsias y con un Teletubbie morado bajo el brazo. La polémica que siguió a aquella publicación no la vivió en tiempo real. Salió apenas semanas antes de su nacimiento.
Carpenter encarna lo que podríamos llamar una estrella pop pos-pos-Britney, una artista que cita a Spears (44 años) como influencia clave, aunque no recuerde su ascenso. En 2024 una nueva generación de pop femenino consolidó un relevo generacional con nombres como Carpenter, Tate McRae y Addison Rae. Mientras las milénials como Taylor Swift (36), Beyoncé (44) o Lady Gaga (39), sostienen carreras longevas que rompen prejuicios sexistas sobre la edad en el pop, se afianza una camada de intérpretes de la Generación Z. Ninguna de ellas había nacido cuando se lanzó …Baby One More Time, según recoge El Diario de Chihuahua.
Más allá de sus diferencias musicales, comparten rasgos. Crecieron en internet, con identidades archivadas públicamente desde la infancia. Vídeos de Carpenter actuando como niña precoz o de una McRae de 14 años mostrando sus primeras composiciones siguen disponibles junto a imágenes actuales más adultas.
Esos rastros digitales obligan a las estrellas pos-pos-Britney a manejar con astucia su expresión sexual pública. Con un empoderamiento por delante, pero consciente de que la sociedad continúa objetivizando a las mujeres. Han observado la historia de la exestrella infantil convertida en icono sexual y entienden que el problema es cultural, no personal. Como dijo Carpenter en Variety:
«No es culpa mía que haya conseguido un trabajo cuando tenía 12 años y que ustedes no me dejen evolucionar»

Carpenter repite el camino de Spears, quien entró al Mickey Mouse Club con 11 años. Su salto llegó cuando fue fichada como coprotagonista en Girl Meets World (Disney, 2014). En los MTV VMA de 2024, al interpretar Tears, pareció rendir homenaje a Spears. Terminó bailando bajo la lluvia con un top de piedras preciosas, guiño reconocido por los fans como referencia al tour Dream Within a Dream (2001). La influencia de Spears sobrevoló gran parte del pop del año.
También crece el interés por una biopic en desarrollo y por quién podría interpretarla. Un contraste evidente, ya que hace no tanto, citar a Spears se usaba para desacreditar a una nueva popstar. Hoy, Carpenter, Rae y McRae la reivindican como hermana mayor y pilar estético.
Esa herencia es aún más directa en Addison Rae, 25 años (nacida en la era Oops! … I Did It Again). Rubia, fotogénica, proveniente de la Luisiana rural y exbailarina, Rae ha venerado a Spears “desde que tiene memoria”, contó en Popcast. Para ella, Spears es prueba de que una mujer puede transformar su vida desde un pueblo pequeño.

Antes de debutar como popstar, ya cultivaba la conexión, ya que en 2023 fue fotografiada, quizá estratégicamente, leyendo La mujer que hay en mí. También lució una camiseta con el mensaje: LLAMAR PRODUCTO A BRITNEY SPEARS NO TE HACE PROFUNDO.
Su álbum debut, Addison (2024), confirmó la influencia sonora. Voces susurradas, textura digital experimental y referencias al electropop Blackout; incluso el vídeo de High Fashion incorpora guiños a Fantasy, el perfume de Spears. Rae cita I’m a Slave 4 U como referencia y califica la actuación de los VMA de 2001 como “una de las mejores de todos los tiempos”.
Ecos de ese tema también se sienten en So Close to What, tercer disco de McRae, 22 años. Su hit Sports Car es prueba, sensualidad y ritmo serpenteante. En el videoclip, McRae baila con una silla plateada casi idéntica a la de Stronger. Tras un debut más alineado con la estética Billie Eilish, el giro coreográfico y pop de 2023 con Greedy la catapultó. Las comparaciones con Spears llegaron rápido. Ella las definió como “halagadoras y aterradoras”.

Estas artistas trabajan con un reflejo idealizado de Spears. Pero la Britney real de hoy es más compleja. Publica mensajes desconcertantes en Instagram. Cerró temporalmente su cuenta después de que Kevin Federline lanzara un libro polémico. Tras el fin de la tutela en 2021, se mantiene alejada de la industria. “Estoy bastante traumatizada de por vida”, escribió en 2022. “Probablemente no volveré a actuar”.
¿Qué estas nuevas estrellas quieran emularla significa que olvidaron las lecciones de su ascenso y caída? Quizá no. Tal vez aprendieron que la reacción moralista frente a la sexualidad femenina envejece mal. No vivieron …Baby One More Time, pero sí la revisión reciente de cómo fue tratada Spears. Y la popularidad de sus memorias en 2023 reavivó lecturas críticas del pasado.
Carpenter, Rae y McRae defienden su imagen con agencia propia. Responden a la crítica que culpa a la artista por su propia objetivación. McRae lo grita en Purple Lace Bra: “Solo me escuchas cuando estoy desnuda”. Carpenter también replica, ante quienes reducen su música al sexo: “Pero esas son las canciones que ustedes han hecho populares. Está claro que les encanta el sexo. Están obsesionados con él”.