Hoy: 25 de noviembre de 2024
-Madrid 1911. Solicito traslado de mi cátedra de francés a otro Instituto que esté lo más lejos posible de Soria. Quiero un pueblo donde haya fusiles para la memoria y puedan matarme esta pesadilla de haberme enamorado.
…Por Real Decreto de S.M. Alfonso XIII, se traslada a don Antonio Machado, profesor de lenguas vivas, al Instituto de Baeza.
Campo, campo, campo.
Entre los olivos
Los cortijos blancos.
Y la encina negra
A medio camino de Úbeda a Baeza.
Los olivos grises.
Los caminos blancos.
El sol ha sorbido
El calor del campo.
Cuando don Antonio llega a Baeza, con su torpe aliño indumentario, zapatos deformes, botas en invierno, ajado el traje que nunca se quita hasta que haya perdido el color y el pantalón la raya (Esto nos lo refiere Vicente Aleixandre en sus Encuentros, aludiendo a cómo el barbero que lo arregla le clasifica). Nada más llegar a este “poblachón entre andaluz y manchego”, su cortesía le obliga a presentarse ante el director del Instituto General y Técnico donde impartirá sus clases de francés. Don Leopoldo de Urquiza Martín es viejo conocido suyo, sabe su dirección y se presenta en su domicilio. Le atiende la muchacha de servicio:
-No, don Leopoldo no puede recibirlo, está en la Agonía.
Ante semejante contratiempo a don Antonio se le muda el color de la cara y no sabe cómo remediar el desajuste de sus emociones. Al ver la criada su descompostura le advierte:
-Lo de don Leopoldo no es enfermedad. He debido advertirle que la Agonía es una especie de casino provinciano donde se reúnen, principalmente los agricultores, para quejarse de las malas cosechas. De ahí que le haya bautizado con ese nombre.
En La Agonía conoce don Antonio Machado al jovencísimo Federico García Lorca que acaba de escribir sus Impresiones y Paisajes (o está a punto de hacerlo). Primer libro del granadino cuya edición costea íntegramente su padre para tenerlo contento en unos estudios universitarios que no encajan en los sueños de Federico. A Baeza va de excursión con sus compañeros, en un coche negro desde Granada: se saludan los poetas en La Agonía. Allí se reconocen y algunos hasta aseguran que García Lorca levantó la tapa del piano para quitarles un poco de sufrimiento a los agricultores agonizantes.
Por un ventanal
Entró la lechuza
En la catedral.
San Cristobalón
La quiso espantar
Al ver que bebía
Del velón de aceite
De Santa María.
La Virgen habló:
Déjala que beba
San Cristobalón.