Hoy: 2 de diciembre de 2024
Una investigación reciente de científicos de las universidades de Reading, Oxford y Durham revela que el cerebro de los humanos modernos, neandertales y otros parientes evolucionó más rápidamente que el de sus ancestros lejanos. Según el profesor Chris Venditti, esta evolución fue más parecida a una constante “actualización de software” que a cambios drásticos y repentinos, comparables a una “nueva versión tecnológica”.
En contraste con las teorías previas, este estudio, publicado en la revista PNAS, demuestra que el aumento en el tamaño del cerebro ocurrió de manera gradual dentro de cada especie, y no en saltos bruscos entre especies, como se pensaba anteriormente. Este trabajo abre nuevas perspectivas para entender cómo las presiones evolutivas moldearon la complejidad del cerebro humano, según informa El Nacional.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores compilaron el conjunto de datos fósiles más amplio hasta la fecha, abarcando siete millones de años de evolución. Utilizando herramientas computacionales y estadísticas avanzadas, lograron llenar las lagunas en el registro fósil y proporcionar una imagen detallada del desarrollo del cerebro a lo largo del tiempo.
El equipo también destacó un hallazgo sorprendente sobre la relación entre el tamaño del cuerpo y el cerebro. Aunque las especies con cuerpos más grandes tendían a tener cerebros más voluminosos, esta correlación no se replicaba consistentemente dentro de las especies individuales. Esto sugiere que los factores que impulsan la evolución del cerebro en escalas de millones de años son diferentes de los que operan a nivel individual.
La doctora Joanna Baker enfatizó la relevancia del estudio al señalar que el crecimiento gradual del cerebro, en lugar de cambios drásticos, permitió a los humanos desarrollar sus capacidades intelectuales actuales. Este enfoque continuo y adaptativo, más que la inmutabilidad, fue clave en la evolución tanto de los humanos modernos como de sus parientes extintos.