La violencia contra Vox ha aumentado en Cataluña durante las últimas semanas. Según datos a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el partido ha denunciado siete agresiones solo en octubre. El último incidente ocurrió este lunes en Sabadell. Un grupo lanzó piedras, botellas y huevos contra los miembros de Vox mientras el diputado Manuel Acosta hablaba ante los medios. El acto buscaba denunciar lo que el partido llama la «islamización de las escuelas catalanas». Algunos objetos impactaron directamente contra los seguidores.
No se trata de un caso aislado. El primer episodio del mes ocurrió el 2 de octubre en Tarrasa, cuando la concejal Alicia Tomás fue acosada junto a su hija en un centro de estética. El escolta de Tomás intervino y los Mossos identificaron a las agresoras. Solo dos días después, en Premià de Mar, un individuo amenazó verbalmente a asistentes de un acto informativo y arrojó un huevo que golpeó a la vicecoordinadora de Calella. Ese mismo día, en La Llagosta, varios afiliados sufrieron insultos y empujones durante una mesa informativa. Los Mossos también identificaron a los agresores en ese caso.
Los ataques continuaron el 10 de octubre, cuando cinco jóvenes vandalizaron la sede de Vox en Barcelona y colocaron adhesivos con el lema «Sólo el catalán». Dos días después, una joven agredió a una afiliada con un bote de kétchup en la Plaza de Cataluña. En Molins de Rei, tres individuos de ideología izquierdista volcaron una mesa informativa y golpearon a un afiliado. El portavoz nacional, José Antonio Fúster, denunció que la izquierda promueve violencia, no diálogo.
La séptima agresión del mes, en Sabadell, fue probablemente la más violenta. Santiago Abascal aseguró en X que la violencia es creciente y señaló al Gobierno, al PP y a ciertos medios por justificar estos ataques. Por su parte, Joan Garriga, portavoz de Vox en el Parlamento catalán, exigió explicaciones a las autoridades de los Mossos d’Esquadra por la «pasividad» frente a estos hechos. Garriga calificó los ataques como un atentado directo contra la libertad política y la democracia.
Vox insiste en que los incidentes no son aislados, sino parte de una campaña organizada para intimidar y silenciar a sus cargos y simpatizantes en Cataluña. La violencia no se limita a la formación política: radicales separatistas también han atacado a jóvenes de S’ha Acabat y a periodistas como Vito Quiles, mostrando que la situación de inseguridad y hostilidad persiste, pese a los discursos de pacificación del Gobierno.