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Un grupo de astrónomos descubre una lluvia de hierro en el planeta arco iris

Ilustración del efecto gloria en WASP-76b - ESA

WASP-76 b ha sido objeto de numerosos estudios desde su descubrimiento en 2013

Astrónomos han detectado vientos de hierro en la atmósfera del ultracaliente Júpiter WASP-76 b, un planeta que alcanza temperaturas superiores a los 2.000 grados Celsius.

El descubrimiento de vientos de hierro que recorren la cara diurna del planeta ofrece nuevos conocimientos sobre la compleja dinámica climática de este lejano mundo. Estos resultados se pueden consultar en la revista Astronomy & Astrophysics.

WASP-76 b ha sido objeto de numerosos estudios desde su descubrimiento en 2013, revelando numerosos fenómenos atmosféricos extremos. En investigaciones anteriores, equipos internacionales, incluidos los de la Universidad de Ginebra (UNIGE), han identificado lluvia de hierro en su lado nocturno, la presencia de bario en su atmósfera superior y la existencia de un ‘arcoíris’ en el límite entre sus lados diurno y nocturno.

Vientos de hierro en el ultracaliente WASP-76 b

“El trabajo en WASP-76 b nos muestra lo extremas que pueden ser las condiciones atmosféricas en los Júpiter ultracalientes”, explica en un comunicado David Ehrenreich, profesor asociado del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la UNIGE, miembro del NCCR PlanetS y coautor del estudio. “El análisis en profundidad de este tipo de planetas nos proporciona información valiosa para una mejor comprensión de los climas planetarios en su conjunto”.

Para este nuevo estudio, el equipo de astrónomos se centró en el lado diurno de WASP-76 b, que tiene una temperatura de 2.400 grados Celsius, observándolo con alta resolución espectral en la luz visible. El principal resultado fue la detección de una corriente de átomos de hierro que se desplaza desde las capas inferiores a las superiores de la atmósfera del planeta.

“Es la primera vez que se realizan observaciones ópticas tan detalladas en el lado diurno de este exoplaneta, lo que proporciona datos clave sobre su estructura atmosférica”, explica Ana Rita Costa Silva, estudiante de doctorado del Instituto de Astrofísica y Ciencias del Espacio (IA), en una visita de larga duración al Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la UNIGE y primera autora del estudio.

“Nuestras observaciones indican la presencia de potentes vientos de hierro, probablemente alimentados por un punto caliente en la atmósfera”.

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