La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, ha decidido no convocar una nueva Junta de Portavoces para reconsiderar el calendario de la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en relación con el conocido como caso Koldo y la reciente dimisión de Santos Cerdán como número tres del PSOE, según una información publicada en Europa Press
Con esta decisión, el Ejecutivo mantiene su intención de que Sánchez comparezca el miércoles 9 de julio, fecha inicialmente planteada por el propio Gobierno y que ahora parece definitiva pese a las presiones de la oposición y algunos socios parlamentarios.
El Partido Popular había solicitado reiteradamente adelantar la intervención del presidente, proponiendo incluso su celebración esta misma semana. La petición fue llevada a la Junta de Portavoces, donde contó con el apoyo de algunos aliados habituales del Ejecutivo, como ERC y Podemos. Sin embargo, el PSOE se opuso, lo que impidió alcanzar la unanimidad necesaria para modificar el orden del día.
Durante el pleno celebrado este martes, el PP volvió a intentar forzar una votación para incluir la comparecencia en la agenda inmediata, pero Armengol rechazó la iniciativa en dos ocasiones. Tras la sesión, los populares pidieron convocar nuevamente a la Junta de Portavoces, pero la presidenta del Congreso se negó por tercera vez.
Desde la Presidencia del Congreso se argumenta que el reglamento solo permite alteraciones del calendario por unanimidad, y se recuerda además que no es viable convocar un Pleno de forma improvisada con tan poca antelación. A ello se suma que el propio Gobierno ha afirmado que Sánchez no podría comparecer antes, dado su calendario internacional y los compromisos internos del PSOE.
El Ejecutivo ha señalado, además, que la comparecencia del día 9 será de carácter amplio. Se tratarán no solo los efectos políticos derivados de la dimisión de Cerdán, sino también otras cuestiones acumuladas en las últimas semanas, como las informaciones sobre presiones a la Guardia Civil, el próximo Consejo Europeo o la cumbre de la OTAN.
La negativa de Armengol ha suscitado críticas no solo desde el PP y Vox, sino también de socios del bloque de investidura, que consideran inaceptable un retraso de casi tres semanas para una explicación institucional que, en su opinión, urge por razones de transparencia y confianza pública.
ERC, Podemos y otros grupos minoritarios han advertido que la dilación podría perjudicar al propio Gobierno, al dar imagen de falta de agilidad y evasión de responsabilidades.
A falta de sorpresas de última hora, el 9 de julio se perfila como un día clave en la agenda parlamentaria. La esperada intervención de Sánchez tendrá carácter multitemático, en una sesión que se anticipa tensa y marcada por las múltiples crisis políticas que han rodeado al Ejecutivo en las últimas semanas.
El Congreso, de momento, se prepara para un verano con poco descanso y muchas cuentas pendientes.