La noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 las tropas nazis junto a civiles alemanes llevaron a cabo una serie de linchamientos multitudinarios (pogromos) y ataques combinados en Alemania y Austria contra la población judía. Una serie de atentados conocido como Kristallnacht, en castellano la ‘Noche de los cristales rotos’.
Aquella fatídica noche de 1938 multitud de casas, hospitales, escuelas, tiendas y cementerios judíos fueron saqueados y destruidos por las tropas SS y SA nazis, muchos de ellos en presencia de judíos en pijama. También se quemaron más de 1.000 sinagogas, 95 de ellas en Viena, y se rompieron rollos de la Torá (la biblia del judaísmo).
Al menos 92 ciudadanos judíos fueron asesinados en Alemania durante los pogromos, aunque los historiadores afirman que la cifra es superior; un centenar resultaron heridos y en torno a 30.000 fueron detenidos y enviados a los campos de concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y Dachau; lo cual supuso el paso previo a la persecución sistemática y posterior asesinato en masa de judíos conocido como el Holocausto nazi.
Mientras que a nivel internacional los pogromos de Noviembre fueron duramente criticados y condenados por gobiernos y medios de comunicación, especialmente en Estados Unidos, la Unión Soviética y Europa occidental. Aunque en España el bando liderado por Francisco Franco justificó y aplaudió lo sucedido.
Ahora, 84 años después de aquella persecución racial, el centro Yad Vashem (museo israelí en memoria de las víctimas del Holocausto) publica un álbum con fotografías de los pogromos de 1938 que un militar estadounidense destinado en la Alemania nazi conservó hasta su muerte y que tras percatarse de su existencia, la familia Gold decidió donarlo al museo.
Las imágenes del álbum documentan la barbarie perpetrada por los nazis junto a civiles durante aquella noche. Un pogromo que según instrucciones del partido nazi liderado por Adolph Hitler tenía que parecer una revuelta popular y espontánea y que según reflejan las imágenes tomadas por los propios nazis, no fue así.
“Las fotografías presentan claramente el mecanismo de odio que el régimen nazi implementó de manera institucionalizada“, afirmó el presidente del centro Yad Vashem, Dani Dayan.
Por su parte, Jonathan Matthews, jefe de archivos fotográficos del Centro Mundial para el Recuerdo del Holocausto, Yad Vashem, señaló que “esta es una prueba más de que los líderes nazis dieron la orden, y estos pogromos no fueron espontáneos, como Alemania trató de presentar”.