Alberto II celebra 20 años en el trono de Mónaco

Con luces y sombras, su reinado es un reflejo de modernidad: brillante, complejo y en constante transformación

Este domingo, el príncipe Alberto II celebra dos décadas en el trono de Mónaco, un pequeño pero poderoso principado que bajo su liderazgo ha alcanzado una notable prosperidad económica, al mismo tiempo que ha estado envuelto en episodios de controversia que han sacudido a la familia Grimaldi, según detalla Diario Las Américas.

Durante estos 20 años, Mónaco se ha consolidado como un símbolo global de lujo, con su exclusivo clima mediterráneo, vistas privilegiadas a la Costa Azul, alta gastronomía y seguridad inigualable. Este microestado de apenas 2 km² no solo es un paraíso fiscal, sino también un imán para la élite mundial. En 2023, su PIB superó los 9.400 millones de euros, con bancos que administran activos por más de 171.000 millones.

Alberto II, en su discurso de entronización en 2005, dejó claro su compromiso: “Dinero y virtud deben ir siempre de la mano”. Esta visión lo llevó a reforzar la transparencia financiera del país, modernizando su legislación y logrando salir de las listas de paraísos fiscales. Sin embargo, en 2024, Mónaco volvió a ser incluido en la “lista gris” del GAFI, generando cuestionamientos internacionales.

Las sombras también han estado presentes en el ámbito personal y familiar. Revelaciones recientes del excontable Claude Palmero sobre gastos de las princesas y sociedades offshore han generado una tormenta mediática. A esto se suman historias pasadas del príncipe, como sus hijos ilegítimos y su agitada vida amorosa, que contrastan con su actual imagen familiar junto a la princesa Charlène y sus gemelos.

Pese a los escándalos, Alberto II ha intentado encauzar su legado hacia causas globales. Uno de sus principales compromisos actuales es el medioambiente. En junio de este año, organizará un foro internacional sobre economía marina sostenible, reafirmando su deseo de que Mónaco no solo sea sinónimo de riqueza, sino también de responsabilidad ecológica.

Con luces y sombras, el reinado de Alberto II se ha convertido en un reflejo del Mónaco moderno: brillante, complejo y en constante transformación.