Hoy: 24 de noviembre de 2024
MIGUEL CABALLERO PÉREZ
Mucho se ha especulado sobre el investigador Agustín Penón, incluso hasta convertirlo en mito. Mitificar a las personas de carne y hueso tiene, en muchos casos, el peligro de poner una cortina delante de los ojos y no querer ver la realidad. Es el caso del costarricense Agustín Eugenio Penón Ferrer, que a pesar de ser un personaje contemporáneo del siglo XX, ha sido muy mal biografiado hasta ahora.
Para empezar, este artículo retoma un punto de la crítica de mi libro “Lorca basado en hechos reales. Los sucesos que inspiraron sus obras”. El crítico del suplemento Babelia del diario El País sugiere que no se debería haber biografiado a Penón en dicha obra por no ser pertinente para la misma. Además de cuestionar la capacidad investigadora del autor basándose en fallos tipográficos del libro.
Al señor Prieto de Paula, crítico de dicho suplemento literario, le ha de recordar que existe en la obra referenciada un capítulo referido a los Camborios de la obra de Lorca, su realidad histórica, y que el investigador Penón contactó con los ascendientes en 1956 para saber qué había de realidad en los poemas de Lorca y los Camborios de Chauchina. Por eso creo que es muy pertinente, a mi entender, y si este señor me lo permite, de estructurar mi propia obra e incluir datos biográficos de alguien que conoció y contactó con los descendientes de los Camborios de Lorca en 1956.
Otra cosa es que los resultados de dicha reseña biográfica no gusten tanto a los defensores de la llamada “verdad oficial” y a quienes la promovieron y a los que hacen seguidismo de la misma. Parece que hay muy poco interés en contrastar distintas versiones para intentar en la medida de lo posible aclarar el asunto lorquiano. Pero las instituciones no son las únicas culpables, a veces ciertos medios de comunicación colaboran en ello promoviendo y fortaleciendo esa visión única que denominó “versión oficial”.
Una prueba que evidencia lo dicho hasta ahora sobre no tocar los cimientos de esa llamada “verdad oficial” es que desde ninguna institución oficial, ni instituciones del ámbito académico se haya promovido la celebración de algún congreso periódico sobre el asesinato del poeta, en el cual diversos investigadores pudiesen aportar a través de sus ponencias, distintas y diversas investigaciones sobre el particular, con el objeto de contrastar y discutir sobre dicho tema y tratar desde ese ámbito aclarar en la medida de lo posible dicho asunto.
Para empezar, hemos de decir que Penón no nació en Barcelona, como el propio Gibson preconizó. Formaba parte de una familia que pertenecía y aún pertenece a la oligarquía política y financiera de Costa Rica. Agustín Penón nunca tendría la nacionalidad norteamericana, ni sirvió en el ejército norteamericano y por supuesto nunca fue agente de la CIA como algunos apuntaron para justificar que durante sus investigaciones sobre la muerte del poeta, entre 1955 y 1956, no fuera molestado por el régimen franquista ni la policía franquista.
Tampoco es verdad que fuera el primero en publicar la partida de defunción del poeta ya que un investigador italiano llamado Enzo Cobelli fuera quien la publicaría en su libro titulado “Garcia Lorca”, publicado en Italia en 1959. La verdadera razón de que el régimen franquista y su policía de la brigada social no le molestaran en su investigación fue que era primo hermano del entonces presidente de Costa Rica, José Figueres Ferrer.
Sería en 1956 coincidiendo con la salida de España de Agustín Penón, cuando su primo el presidente Figueres Ferrer con su esposa y representación gubernamental de dicho país fueron recibidos a pie de escalerilla del avión por Franco, su esposa y todo el gobierno en pleno y alojados en el palacio de la Moncloa. El hecho de ser el primo hermano de dicho presidente y tener previamente acordado ambos países dicha visita, propiciaría que Penón no fuera molestado y que el propio franquismo permitiera su libertad de movimientos y protegiera al investigador.
Penón ocultó este hecho durante su investigación, seguramente para evitar recelos y jugó con sus recientes amistades granadinas con la incertidumbre del miedo de si sería detenido o no, por la policía, cuando él en su fuero interno sabía que no sería molestado. Recientemente leo con sorpresa en un artículo de la prensa granadina que Penón se suicidó en 1976, pero la realidad es que nuestro investigador costarricense murió el día 1 de febrero de 1976 a la edad de 55 años en el distrito de Pavas Central y las causas fueron textualmente según reza en su partida de defunción: “edema agudo de pulmón y etilismo agudo”.
Con lo expuesto y con ánimos de aclarar este asunto, solo cabe esperar que lo rectificable en páginas web hagan esa rectificación, muchas de ellas institucionales, como la denominada Universo Lorca promovida por la Diputación de Granada, que sin ningún tipo de acritud, solo el ánimo de aclarar la verdad, que da datos erróneos sobre nuestro investigador, insisto, costarricense como reza en su propia partida de nacimiento y defunción.
Miguel Caballero Pérez, Miembro de la Real Asociación de Cronistas Oficiales. Ha publicado seis libros sobre el poeta García Lorca y es premio Méditerranée Etrenger en Perpignan (Francia).