El colectivo arbitral ha movido ficha. O mejor dicho, ha pitado el inicio de una nueva era. Ocho colegiados del fútbol profesional español han constituido la Asociación Española de Árbitros de Fútbol (AESAF), el primer sindicato específico del gremio, cuya resolución de constitución ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado lunes 16 de junio.
Un paso firme y sin titubeos, con el que los árbitros quieren dejar de ser simples peones en el tablero del fútbol profesional.
La AESAF nace con el respaldo de ocho de los árbitros más reconocidos del panorama nacional:
Carlos Del Cerro Grande (Madrid), Pablo González Fuertes (Asturias), Alejandro Hernández Hernández (Canarias), César Soto Grado (La Rioja), Guillermo Cuadra Fernández (Baleares), José María Sánchez Martínez (Murcia), Jesús Gil Manzano (Extremadura) y Juan Martínez Munuera (Comunidad Valenciana).
Todos ellos figuran como promotores de la organización sindical, que ha logrado formalizar su constitución tras corregir ciertos defectos de forma en la documentación presentada originalmente.
Este paso no es casual ni repentino. En la rueda de prensa previa a la última final de Copa del Rey, el asturiano González Fuertes, encargado del VAR en aquel partido, ya anticipó que se avecinaban decisiones contundentes. “No vamos a seguir permitiendo lo que estamos aguantando. El arbitraje español va a hacer historia”, advirtió con tono firme, dejando claro que la paciencia tenía fecha de caducidad.
En los últimos años, los árbitros han vivido bajo una lupa cada vez más agresiva. Críticas feroces en platós, insultos en redes sociales, pancartas violentas en estadios… Y todo ello sin un respaldo legal ni un sindicato que defendiera sus derechos como trabajadores del fútbol profesional.
La creación de AESAF busca precisamente llenar ese vacío. Se trata de una herramienta de protección, pero también de representación, negociación colectiva y visibilización de una profesión muchas veces marginada, a pesar de su centralidad en el juego.
Según figura en el BOE, la organización ha sido registrada conforme a la Ley Orgánica de Libertad Sindical y al Real Decreto sobre estatutos sindicales. Con esto, el colectivo arbitral entra oficialmente en el terreno del sindicalismo, abriendo un nuevo frente en la estructura del fútbol español.
Ahora, con el pitido inicial ya dado, tocará ver cómo se desarrolla el partido institucional y qué impacto tendrá esta nueva entidad en futuras negociaciones con la RFEF, el CTA o incluso LaLiga.
Los árbitros han decidido tomar el control de su relato. Ya no solo serán quienes hagan cumplir las reglas del juego en el campo, sino también quienes empiecen a escribir las suyas fuera de él.
AESAF no es solo una asociación: es un símbolo de resistencia y de dignidad para un colectivo que ha dicho basta.