La Guardia Civil ha reiterado hoy las precauciones necesarias para evitar caer en la trampa de la ‘estafa del amor’ o ‘Romance Scam’, que se posiciona como la principal hipótesis detrás del trágico asesinato de tres hermanos en Morata de Tajuña, Madrid.
El Instituto Armado aconseja a los ciudadanos que desconfíen de las relaciones en línea que «avanzan demasiado rápido» y verifiquen la identidad de las personas con las que chatean en Internet. Además, se insta a abstenerse de enviar dinero y notificar a familiares y amigos sobre estas relaciones.
La ‘Romance Scam’ es un método delictivo que comienza con la creación de perfiles falsos en redes sociales o aplicaciones de citas. Los estafadores, haciéndose pasar por profesionales destacados residentes fuera de España, buscan captar víctimas y encubren su verdadera identidad.
Tras ganarse la confianza de las víctimas, a veces convenciéndolas de que mantienen una relación sentimental, sugieren necesidades económicas que las víctimas financian. En el caso del triple crimen en Morata de Tajuña, la investigación apunta a un ajuste de cuentas por una deuda relacionada con una estafa amorosa que llevó a las víctimas a enviar dinero a un presunto ‘novio’ ficticio.
El entorno de la familia de los fallecidos ha contado a los agentes que hace al menos un lustro las hermanas habían contactado con dos supuestos militares, con los que entablaron una relación pseudoamorosa a distancia.
Pasado un tiempo, uno de los presuntos militares les informó que el otro había fallecido y que necesitaba una importante cantidad de dinero para poder cobrar una herencia. Desde entonces, una de las fallecidas comenzó a mandar dinero a la cuenta de su ‘novio’ Edward, quien no paraba de pedirle cada vez más cantidades con diversas excusas.
A pesar de las advertencias de amigos y familiares sobre las ‘estafas amorosas’, las hermanas insistieron en la veracidad de su romance, endeudándose para satisfacer las demandas del supuesto amante. Los investigadores sospechan que podrían haber pedido dinero a la persona equivocada, lo que llevó a la liquidación de la deuda a través del trágico acto, según fuentes cercanas a la investigación.