Hoy: 9 de noviembre de 2024
El Papa ha asegurado este miércoles que se encuentra “mucho mejor” de la inflamación que sufre en sus pulmones. Así se lo ha trasladado al público presente en la audiencia general de este 6 de diciembre, donde también ha explicado que se fatiga si habla demasiado.
Como viene siendo habitual estos últimos días, ha confiado la lectura de la catequesis de la audiencia general en el Aula Pablo VI, la primera del tiempo de Adviento, a Filippo Ciampanelli.
En el texto ha destacado el don del Espíritu Santo que, según ha expuesto, “debe animar todo celo apostólico”. “Sin el Espíritu Santo todo celo es vano y falsamente apostólico: sería sólo nuestro y no traería fruto. […] El Espíritu es el protagonista, precede siempre a los misionarios y hace brotar los frutos. ¡Esta conciencia nos consuela mucho! Y nos ayuda a especificar otra, igualmente decisiva: es decir que en su celo apostólico la Iglesia no se anuncia a sí misma, sino una gracia, un don, y el Espíritu Santo es precisamente el Don de Dios, como dijo Jesús a la mujer samaritana”, ha señalado.
No obstante, en su mensaje ha recalcado que este reconocimiento no puede conciliarse con una actitud de pereza e indolencia por parte del hombre, sino que, según ha añadido, se debe cooperar de manera “consciente, adulta, valiente y dinámica”.
El Papa también ha destacado la importancia de la creatividad para el anuncio del Evangelio y ha admitido que esta época “no ayuda a tener una visión religiosa de la vida”. “Quizá nos refugiamos en zonas de seguridad, como la repetición habitual de cosas que se hacen siempre, o en las tentadoras llamadas de una espiritualidad intimista, o incluso en un sentimiento mal comprendido de la centralidad de la liturgia. Son tentaciones que se disfrazan de fidelidad a la tradición, pero a menudo, más que respuestas al Espíritu, son reacciones a las insatisfacciones personales”, ha explicado.