La intolerancia a la lactosa es una afección en la que el cuerpo es incapaz de descomponer y digerir adecuadamente la lactosa
La intolerancia a la lactosa es una afección en la que el cuerpo es incapaz de descomponer y digerir adecuadamente la lactosa, un azúcar presente en los productos lácteos. Esto se debe a una deficiencia de la enzima lactasa, necesaria para descomponer la lactosa en glucosa y galactosa, que el cuerpo puede absorber. Cuando esta enzima no está presente en cantidades suficientes, pueden surgir síntomas desagradables, como hinchazón, diarrea, gases y malestar estomacal después de consumir productos lácteos.
Causas de la intolerancia a la lactosa
- Deficiencia primaria de lactasa: la causa más común de intolerancia a la lactosa es la deficiencia primaria de lactasa, que es genética y se desarrolla con el tiempo, generalmente en la adolescencia o la edad adulta temprana. A medida que envejecemos, es posible que la producción de lactasa disminuya.
- Deficiencia secundaria de lactasa: esta forma de intolerancia a la lactosa puede surgir como resultado de afecciones médicas subyacentes, como enfermedades gastrointestinales, infecciones, lesiones en el intestino delgado o cirugía.
- Intolerancia a la lactosa congénita: es una forma rara de intolerancia a la lactosa que se debe a la falta total de lactasa desde el nacimiento.
Cómo saber si eres intolerante a la lactosa
Detectar la intolerancia a la lactosa puede ser un desafío, ya que los síntomas pueden variar en gravedad y presentarse en un rango de tiempo después de la ingesta de lactosa. Para determinar si eres intolerante a la lactosa, es recomendable:
- Consultar a un profesional de la salud: un médico puede realizar pruebas de intolerancia a la lactosa, como el test de hidrógeno en el aliento o análisis de sangre, para confirmar el diagnóstico.
- Mantener un diario de síntomas: registrar los síntomas después de consumir productos lácteos puede proporcionar pistas útiles.
- Probar una dieta de eliminación: reducir o eliminar los productos lácteos de tu dieta durante un período y observar si los síntomas mejoran puede ser un método inicial de detección.
Gestionar la intolerancia a la lactosa
Una vez diagnosticada, la intolerancia a la lactosa se puede manejar efectivamente. Esto implica la adopción de una dieta baja en lactosa, la elección de alternativas sin lactosa y el uso de suplementos de lactasa si es necesario. Es importante recordar que las necesidades de cada persona pueden variar, por lo que trabajar con un profesional de la salud o un dietista registrado es fundamental.