Mantener dientes y encías sanos no requiere fórmulas milagrosas: cepillarse dos veces al día, usar hilo dental a diario y acudir al dentista con regularidad sigue siendo la base para prevenir caries y enfermedades periodontales. Aunque no resulte atractivo, los expertos coinciden en que es lo más eficaz para una buena salud bucodental.
Sin embargo, los odontólogos advierten de que existen hábitos cotidianos, buenos y malos, que pueden marcar la diferencia. Uno de los más cuestionados es el uso de pastas y cepillos con carbón vegetal, populares por su efecto blanqueador pero perjudiciales a largo plazo.
El carbón vegetal, según recoge Diario Las Américas, es altamente abrasivo y blanquea desgastando el esmalte, la capa protectora del diente. Como el cuerpo no regenera el esmalte, su pérdida debilita los dientes y aumenta el riesgo de manchas, grietas y caries con el paso del tiempo.
Otro error frecuente es cepillarse con demasiada fuerza o usar cepillos de cerdas duras. Esto puede provocar desgaste del esmalte y retracción de las encías. Los especialistas recomiendan cepillos de cerdas suaves, movimientos delicados y, si es posible, cepillos eléctricos que alerten sobre la presión excesiva.
La alimentación y las bebidas también juegan un papel clave. Refrescos, bebidas deportivas y cafés saborizados combinan altos niveles de azúcar y ácido, un “doble golpe” que favorece la erosión dental y las caries. Incluso las versiones sin azúcar pueden dañar el esmalte si se consumen con frecuencia durante el día.
Entre los hábitos positivos destacan enjuagarse la boca con agua tras comer, esperar unos 30 minutos antes de cepillarse y evitar usar palillos o los dientes como herramientas. Pequeños cambios, según los dentistas, pueden prevenir lesiones, proteger el esmalte y conservar una sonrisa sana a largo plazo.