En el capítulo trece del libro Fundaciones, de Santa Teresa de Jesús, escribe la Madre Fundadora de las muchas mercedes que ha recibido la Orden para la Casa de Descalzas de Valladolid, de parte de doña María de Mendoza y Sarmiento, condesa de Ribadabia y viuda del todopoderoso Francisco de los Cobos, Secretario de Carlos V y posteriormente de su hijo Felipe II. Ayudada por su hermano, el obispo de Ávila.
La riqueza que acumuló el Alto Secretario durante su mandato fue exageradamente ostentosa, manifestada en parte en la construcción de la iglesia de El Salvador, el más bello panteón con rentas que en Úbeda debe admirarse. Oros, piedras preciosas, tapices, vajillas… todo lo fue guardando doña María de Mendoza en su palacio de Valladolid, compensación de favores, noblezas compradas o adjudicaciones de “altos vuelos”, que también entonces precisaban de intermediarios, aunque no se llamaran aerolíneas.
Su única hija mujer, también viuda y ambiciosa, consiguió de su madre la herencia indescifrable y, de madrugada, dejó la Casa vacía.
…A todos los ladrones aguarda la ventanilla donde se paga con creces lo robado.