Si te sentiste así, con esa vida que elegiste, viviste la situación más triste que puede vivir alguien, que primero se sintió enamorado, ilusionado, y creyéndose correspondido.
No se puede medir el amor y nunca se sabe quién ama más de los dos, pero todos sucumbimos al sentirlo, caemos de rodillas ante él, por ser la sensación más dichosa entre las personas.
A el le pasó lo mismo, en un principio lleno de proyectos y de ilusiones, pero las vicisitudes de su vida le arrastraron a la incomprensión y el hartazgo de la otra parte.
Siempre nos han inculcado, que el amor se expresaba con más fuerza, ante la pobreza, la riqueza y más que en otra situación,frente a las enfermedades.
El se dió cuenta de su enorme falta de comprensión, respeto y amor, en ese hogar creado por los dos, con total libertad, sin imposición, por lo menos, aparentemente.
Fué una boda demasiado rápida y sin medir las consecuencias que podrían acarrearles, no les dió tiempo a conocerse.
Lo cierto y verdad, es que fué casi como un espejismo, creado por el deseo incontrolable que creció, sin medir los resultados en su corazón ,hasta el día que bruscamente, despertó, y se dió de bruces con la verdad palpable de una dolorosa realidad, no se sentía querido ni comprendido y sabía que dentro de él se sentía desprotegido, y con unas responsabilidades que le quemaban.
Sintió que nunca, fué, ni tan amado como creyó en un principio, ni admirado, ni respetado, ni valorado,pero el quería seguir al lado de quien creía, que deseaba estar siempre junto a el, como se lo juró en su día.
La realidad le demostraba día a día que, molestaba…en un ambiente enrarecido y desafectivo.
Con hijos, todo es más difícil y existe ese absurdo juego de la aproximación de ellos, con el uno u el otro progenitor.
Pasaron juntos varios años, se conocieron, o eso creyeron los dos y por eso decidieron unir sus vidas,en poquísimo tiempo, hasta que la realidad, al paso de los años le hizo darse cuenta. que eran, dos perfectos desconocidos, desde su primera crisis y frustración, hasta su final como pareja.
Comenzaron a echarse en cara, sus fallos sin piedad y así sus vidas se las fueron complicando la hasta un punto sin retorno.
Lo que al uno le gustaba al otro le producía un enorme rechazo, no sabían gestionarlo y comenzaron a desvalorizarse, viviendo un auténtico infierno juntos, que traspasaron a sus hijos.
No se entendían en absoluto y ante semejante panorama uno de los dos debía irse, o mejor dicho desaparecer, de la vida del otro.
Solo uno de los dos decidió poner punto final a su unión, rota desde hacia demasiado tiempo. Era doloroso. y pernicioso para los dos, continuar juntos pues, se hacían demasiado daño.
Un buen día, sin equipaje, sin respuestas, sin palabras y en silencio al sentirse el más incomprendido, ante tal situación decidió desaparecer de esa unión mal interpretada por los dos protagonistas, con daños colaterales hirientes y demasiado dolorosos, para soportarlos.
Nunca lograron vivir con empatía, ni se esforzaron en crear un buen ambiente y así la historia terminó, por ser una pareja totalmente dispar, con conceptos y vidas familiares muy diferentes.
Al cabo de los años las vidas de ambos habían dado un giro de ciento ochenta grados y por fin pudieron vivir una verdad auténtica, de amor, respeto entrega y admiración, con otras formas mucho mejores de vidas.
Separarse de las situaciones tóxicas,es la mejor opción de curar las enfermedades, del alma, la mente y el cuerpo.
Pasó el tiempo, las heridas se cerraron, y sanaron sus mentes cada cuál encontró su sitio en una vida mejor.
Desaparecieron las frustraciones y cada cuál recompuso su vida lo mejor que supo, la vida les dió la oportunidad de ser y vivir con paz y sosiego. Desaparecieron las presiones, ocasionadas por la falta de ese entendimiento.tan necesario para poder sobrevivir.
No eran adecuados el uno para el otro, pero la providencia les dió una nueva oportunidad, logrando encontrar, esa paz con otras parejas, más acordes con sus formas de entender sus vidas, según sus propios deseos y vivencias.
Lo blanco siempre será blanco y nunca se convertirá en otro color,el deseo de ser padres no conlleva felicidad, uno suele ceder más que el otro, si no lo lleva entre sus principales deseos y prioridades.
Suele ser demasiado repetido por desgracia, en muchas pareja amarse por encima de las circunstancias adversas, es el regalo más grande que una pareja puede ofrecerse.
Aguantar cueste lo que cueste, no es bueno, ni sano para ninguno de los dos, y los daños colaterales siempre existen, con resultados que nadie, en su sano juicio desea.
Muchos que lo han pasado, dan fé de ello, pero fueron capaces de cortar a tiempo, así el daño, fué mucho menor, sin provocar ningún tipo de tragedia ni desamparo.
Hoy lo pueden contar sin acritud, sin dolor y sirve como aprendizaje para otras parejas que viven ese tormento de la incomprensión.
Siempre existe la esperanza de una vida mejor, fuera de ese entorno nocivo para ambos.
La vida es demasiado corta para vivir amargado pero a veces nos dejamos llevar por las cosas malas y lo peor de todo, es que se normalizan en tu vida.
Es una pena que en esos malos momentos, nadie de tu alrededor te haga ver las cosas de otra forma, y te de otra perspectiva de las cosas, por supuesto, siempre teniendo en cuenta esos sentimientos.
Gracias por esta reflexión tan necesaria.