Siendo preguntado un eminente eclesiólogo sobre el comportamiento posterior a alguien que es ordenado obispo, contestó: “Es Espíritu Santo, al que es tonto, lo deja tonto; y al que es malo, procura mejorarlo”. Debemos los cristianos de mantener meridianamente claro el concepto de Iglesia y diferenciarlo de los eclesiásticos.
Menos de cinco minutos ha tardado un periódico digital en eliminar de sus páginas una entrevista visual que ha hecho al arzobispo de Tarragona monseñor Joan Planellas quien, al solicitarle una valoración sobre las personas que rezan ante los abortorios, muy asistido por inteligencia artificial y pragmatismo insolvente, ha contestado no estar de acuerdo con tales prácticas “porque eso es banalizar la oración, politizarla y, además, no sirve para nada”…
Y en seguida la pregunta, ¿cómo es posible que tales personajes estén en sus diócesis para orientar la conciencia de los creyentes? ¿Dónde estudió teología semejante lumbrera?
Ni mil arzobispos como éste apagarían mi fe pero, quien pueda, solicítele a don Joan una jubilación anticipada.
Pedro Villarejo
Defender las convicciones y señalar con el índice lo que merece. Pedrouve es honesto y muy valiente. Frente a lo políticamente correcto todavía quedan quienes llaman a cada cosa por su nombre.
Gracias querido amigo José Eladio