El 2025 ha marcado un antes y un después en el escenario económico español. Según el informe Billionaire Ambitions 2025 de UBS, las grandes fortunas del país han experimentado un crecimiento extraordinario del 21,5%, alcanzando los 213.100 millones de dólares. Este avance no solo refleja un año especialmente favorable para los patrimonios más elevados, sino que también ha propiciado la entrada de ocho nuevos ultrarricos, situando la cifra total en 32.
Detrás de este incremento está el dinamismo de algunos de los empresarios más influyentes del país y una mayor concentración de riqueza en estructuras familiares sólidas. Entre ellos destaca Amancio Ortega, cuyo patrimonio ha aumentado en 21.000 millones de dólares, hasta situarse en los 124.000 millones. Él solo representa más de la mitad del total de la riqueza acumulada por los multimillonarios españoles. Un dato que ilustra no solo su peso económico, sino también el papel decisivo que juegan las grandes corporaciones en la evolución patrimonial del país.
Este crecimiento no es un fenómeno aislado. Los multimillonarios de todo el mundo han visto cómo su riqueza conjunta alcanzaba una cifra histórica: 15,8 billones de dólares, impulsada por nuevas empresas, un ciclo alto de herencias y la aparición de 196 nuevos multimillonarios hechos a sí mismos. En este movimiento global, España no ha sido la excepción, sino una pieza más de una tendencia que apunta hacia la expansión del capital privado y el auge de inversiones en mercados emergentes, según Europa Press.
Aunque las cifras impresionan, el informe de UBS también señala una preocupación creciente: la gestión del relevo generacional. En España se prevén más de 162.000 millones de dólares en transferencias patrimoniales en los próximos quince años, un movimiento que obligará a las grandes familias a trabajar en una planificación sucesoria más robusta, con especial énfasis en la gobernanza y la preservación del legado.
Cada vez más, estos patrimonios están ligados a familias con presencia internacional y estructuras complejas. Esto implica un debate profundo sobre cómo equilibrar tradición y modernidad, y sobre cómo empoderar a las nuevas generaciones para que asuman roles de liderazgo con responsabilidad y una mirada más consciente hacia el impacto social.
El informe también subraya un dato inspirador: las mujeres multimillonarias continúan aumentando su peso, con un crecimiento de su riqueza media del 8,4%, superando por cuarto año consecutivo a los hombres. Este avance refleja un cambio cultural que combina innovación, inversión sostenible y un uso del capital orientado a la transformación social.
España, por tanto, no solo está viendo crecer sus grandes fortunas, sino que se enfrenta al desafío de gestionarlas con visión de futuro. Un futuro en el que la riqueza no solo será un indicador económico, sino también una herramienta para impulsar un impacto más amplio en la sociedad.