España logró clasificarse para la final de la Copa Davis tras una victoria memorable frente a Alemania, una hazaña especialmente significativa al conseguirse sin la presencia de Carlos Alcaraz. El equipo dirigido por David Ferrer abrió la serie con el triunfo de Pablo Carreño ante Jan-Lennard Struff, lo que permitió sumar el primer punto y encarrilar la eliminatoria con autoridad y carácter competitivo.
El partido de Carreño estuvo marcado por un momento crítico en el segundo set, cuando logró levantar cinco bolas de set tras ir 6-1 abajo en el desempate. Su remontada y resistencia mental reforzaron el espíritu del equipo y dieron ventaja a España tras imponerse por 6-4 y 7-6(6). Mientras tanto, Jaume Munar se preparaba para enfrentarse a Alexander Zverev, el jugador mejor clasificado del torneo y principal amenaza alemana.
Munar ofreció una actuación brillante, sosteniendo dos sets muy igualados que se decidieron en sendos ‘tie-breaks’. Aunque mostró un nivel excepcional en el mejor año de su carrera, terminó cayendo ante la consistencia y precisión del alemán, que mantuvo vivas las opciones de su selección al imponerse 7-6(2) y 7-6(5). Con el empate, el pase a la final quedaba pendiente del decisivo duelo de dobles.
El desenlace quedó en manos de Marcel Granollers y Pedro Martínez, quienes comenzaron el partido con dominio y energía, adelantándose 4-0 en pocos minutos y adjudicándose con solvencia el primer set. Alemania reaccionó y equilibró el marcador ganando la segunda manga, pero España supo recomponerse en el tercer set con temple, solidez y un punto final resuelto por Martínez en la red, desatando la celebración del equipo.
Con esta victoria, la ‘Armada’ —representada por Carreño, Munar, Granollers y Martínez— alcanza una final que pocos esperaban y se medirá a Italia por la ansiada Ensaladera. La clasificación confirma el peso competitivo del conjunto español y su capacidad para brillar incluso sin su jugador estrella.